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OPINIÓN - VIERNES, 21 DE SEPTIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / SNIPER

“Si vives en Marruecos no te extrañes de nada”
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

Dice un popular dicho de estas tierras, que se explica por sí solo. Y es en ese contexto no exento de estoica “apateia” (a caballo entre la “resignación” cristiana y el “determinismo” musulmán) donde debemos contextualizar el soberano nombramiento, como Primer Ministro del Reino de Marruecos, del veterano Abbas El Fasi, secretario general del partido del “Istiqlal” (Independencia) que alcanzó en las pasadas elecciones generales del 7 de septiembre el mayor número de escaños en el Parlamento de Rabat, aunque no el de votos. Por el contrario y a su favor, los “istiqlalíes” están más homogéneamente repartidos por todo el país mientras que sus directos contrincantes, los islamistas moderados del PJD, pese a haber sido los más votados disponen de una masa electoral geográficamente asimétrica: muy fuertes en el norte occidental y en el eje Rabat-Casablanca, las gentes de El Othmani apenas disponen de margen de maniobra en el medio rural y son contestados por el movimiento de raíz beréber en el Rif y el Atlas. Tiene sentido que Mohamed VI escogiera a un hombre del “Istiqlal”, partido monárquico y conservador como pocos, pero numerosos observadores (más en privado que en público) discuten la idoneidad del nombramiento: El Fassi es un hombre del pasado, al que retrotrae con su trayectoria, salpicada además por escándalos de grueso calibre y con un acta de diputado obtenida de forma dudosa y por escaso margen de votos en Larache. ¿Acaso no había otros nombres más jóvenes y de prestigio…? A veces da la impresión que el formidable impulso de reformas y modernización emprendido por Mohamed VI, comprometiendo en el mismo su nombre y prestigio, es ralentizado cuando no torpedeado desde su entorno más inmediato. Marruecos necesita un cambio profundo, de imagen incluso, que no aporta El Fassi; los acontecimientos van muy deprisa y, si algo le falta al joven rey de Marruecos, es precisamente tiempo..... ¿Hasta qué punto Mohamed VI no es de alguna forma “prisionero” de su Corte…? Desde esta columna, sincera y leal pues al fin y al cabo vivo y escribo desde su país, esa bella costa de Tetuán que el joven príncipe Mohamed aprendió a amar desde su adolescencia, estimo que Mohamed VI debía considerar las amargas reflexiones del último Rey de España antes del matadero de la Guerra Civil, en las que un triste Alfonso XIII recapitulaba sobre el letal papel de los cortesanos como causa de las ruinas de las monarquías… Deseando naturalmente lo mejor para el Rey, su país y sus gentes, creo íntimamente que Mohamed VI ha errado con el nombramiento del nuevo Primer Ministro. Cambiando de tercio, me han sorprendido (justo en estos precisos momentos) las acres e inoportunas declaraciones del presidente de la “Comisión de Amistad Hispano-Marroquí” sobre el histórico contencioso de Ceuta y Melilla. Me parecen una clara y burda provocación. ¿Acaso una sutil maniobra, desde la sombra, de la DGED…?; ¿pero quién la ha lanzado y por qué?. Hay una cosa clara: el diputado Yahya no baila solo y hay que entender, sin ponerse nerviosos, sus alusiones a “poblaciones oprimidas”, “abuso de autoridad” y “compra de voluntades”… A “sidi” Yahya se le fue la bola y, claro, recuerden que el siempre habla de…. Marruecos.
 

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