Al flamante ministro de Sanidad,
el investigador Bernat Soria le ha debido fallar el
subconsciente y en respuesta a un diputado en el mismísmo
Congreso, concluyó con cierto aire de jactancia y orgullo
que el Gobierno había invertido en Ceuta un montante
económico elevado para que la población ceutí y la
procedente de Marruecos dispusieran de los medios adecuados
para la asistencia médica-pública. ¡Vaya seis meses mágicos
que nos espera para la Sanidad delegado!
¿Le traicionó verdaderamente el subconsciente y no logró
esconder lo que parece una realidad, por aquello de que
Bernat Soria no es político y por tanto aún no ha aprendido
el lenguaje del si pero no?. El ministro dejó claro a sus
señorías que el ‘esfuerzo’ inversor del Estado en referencia
al nuevo hospital para Ceuta forma parte de ese, parece, que
tácito acuerdo -vasos de agua aparte- porque la sanidad
pública española se haga cargo de los enfermos de la
provincia de Tetuán con las infraestructuras sanitarias
construidas en Ceuta.
Si fue un lapsus del ministro y no supo explicar
correctamente lo que quería decir, flaco favor le ha hecho
el jefe de la cartera de la Sanidad española a sus
correligionarios de Ceuta. Más bien, el ministro, debió
querer decir que Ceuta contará con unas buenas
infraestructuras hospitalarias, con personal suficientemente
dotado y remunerado, con especialistas de garantía, con
especialidades médicas ahora inexistentes y con capacidad de
asumir con creces la atención a la población de Ceuta
(76.000 españoles) y, si acaso, sin problemas para atender a
la población de paso que ‘oportunamente’ caigan enfermos
durante su visita a la ciudad.
Pero lo explicó realmente mal y sonó aún peor con el eco que
produce la Cámara del Congreso de los Diputados de España.
Lo cierto es que no se ha hecho esperar la crítica política
desde los asientos de la oposición que ya se han llevado las
manos a la cabeza.
|