Ayer comenzó la etapa larga del Campeonato del Mundo Anjoca
de IMS 670 con unas condiciones climatológicas adversas para
un “Ciudad de Ceuta” que padeció lo indecible para navegar
con unas condiciones de viento nada óptimas para su Dufour
34.
Y es que un día más, el viento tardó en aparecer en el campo
de regatas. Para la salida, el Comite decidió montar la
línea de salida frente a la Isla de Ons, entre los faros del
Picamillo y el Camouco, con un viento del noroeste de entre
seis y siete nudos. Aunque la hora de inicio estaba marcada
para las 13.00, hasta las 14.30 no se pudo dar la salida. El
“Ciudad de Ceuta” no arriesgó y prefirió salir por el centro
de la línea, con viento limpio, lejos de las peleas que
mantenían los favoritos en el bordo de tierra, por la
derecha del campo.
En las primeras millas del recorrido, el barco que arman los
caballas Nacho Tendero y Nicola Cecchi se mantuvo entre el
grueso de la flota, pero conforme se avanzaba se evidenciaba
que por debajo de diez nudos, el Dufour 34 tiene muy difícil
ser competitivo. Los barcos de mayor eslora tomaron la
cabeza de la regata y marcaron un ritmo imposible de seguir.
Para evitar males mayores, el “Ciudad de Ceuta” optó por no
salirse del centro del campo de regatas, ya que si bien los
bordos podrían tener mayor presión para intentar recuperar
posiciones, lo inestable del viento bien podría ser
igualmente un pozo y dejar tirado al barco del sevillano
Sergio Llorca.
Tras la baliza de desmarque frente a la escollera de San
Vicente, el barco que patrocina la Ciudad Autónoma de Ceuta
entraba dentro de los veinte primeros en tiempo real, pero
poco a poco cedía ante el empuje de las unidades de mayor
eslora. No obstante, a duras penas mantenía la posición en
el siguiente paso controlado y afrontaba la primera empopada
hasta el faro del Camouco viendo cómo las unidades que le
precedían pasaban apuros por la falta de viento. Tras
finalizar la popa, la flota volvía a ceñir rumbo al Castro,
donde se encontraba la meta volante, en la que montaban en
decimoquinta posición, lo que les valía para mantenerse en
la undécima plaza de la general, que seguía liderando el
“Nationale Suisse” de Malalo Bermúdez.
El gran temor de la flota al cierre de esta edición era la
caída del viento coincidiendo con la puesta del sol, ya que
tras montar por segunda vez el Castro todavía restaban otras
30 millas de navegación hasta el faro de Subrido, en la Ría
de Vigo, y posterior regreso hasta la llegada, en Sanxenxo,
que se prevé para la madrugada del viernes.
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