En época preelectoral, y ahora lo
es, no hay un solo político de los que aspiran a tener un
cargo, por mor de esas elecciones, que no prometa, si fuera
necesario, hasta el Documento Nacional de Identidad, de su
señora madre.
Y es que prometer en política es fácil, porque si no se
cumple, siempre hay alguna disculpa y muchos de los
electores se olvidan en los cuatro años siguientes y se
vuelven a creer lo que les cuenten en los próximos comicios,
y si se cumple, todos tan contentos, porque como no se tira
del dinero propio, sino del de todos los demás, santas
pascuas.
Hace poco más de una semana hemos vivido los “rifi rafes”
que ha tenido el ministro de economía con el propio
presidente del Gobierno, por aquellas promesas de los
dentistas, en clave de gratis total, así como otras promesas
que se van a ir acrecentando desde aquí hasta marzo.
Pues bien, no ha quedado sólo en esa protesta y es que ahora
el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández
Ordóñez, es el que hace una advertencia clara y tajante,
aunque sin acritud.
Fernández Ordóñez recomienda a los partidos políticos que
“cuiden y midan” sus promesas electorales, para evitar que
se pierda el superávit.
Y es que Fernández Ordóñez actúa con serenidad, pero
palpando la realidad que puede difuminarse, si es que se
lleva a cabo la “posible” promesa del presidente del
Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que a partir del
primero de enero del año próximo, los jóvenes menores de 30
años con trabajo, que alquilen una vivienda recibirán el
aval del Ejecutivo ( yo me pregunto si ese aval será con los
bienes particulares de todos y cada uno de los miembros del
Ejecutivo, o con los bienes de todos los demás españoles),
durante seis meses, además de una ayuda directa de 210 euros
mensuales durante cuatro años.
Particularmente no sé si ese anuncio se llegará a hacer
algún día, pero si llega a hacerse, queda claro que con tal
de ganar unas elecciones, vale todo en la campaña
preelectoral.
Porque estas “ayudas” de los 210 euros mensuales no es ni
más, ni menos que una simple demagogia que no da seguridad,
tranquilidad, ni nada y que, por el contrario, desequilibra
el superávit de la economía del país.
Para el gobernador del Banco de España, el hecho de que se
mantenga el superávit de la economía en nuestro país “ da
una tranquilidad enorme” y sigue más su profunda
apreciación, lo que “da tranquilidad a las familias y a las
empresas es que los impuestos no van a subir”.
Algo es algo, en unos momentos en los que se ocultan datos
cuando se habla de las subidas de precios, y más cuando se
habla de inflación que, desde hace veinte años, está siendo
muy superior a lo que unos gobiernos y otros “venden
mentirosamente” al pueblo.
Y como político que es, también el gobernador del Banco de
España nos vuelve la cabeza tonta, propalando que “ frente a
otros países de Europa, España está en una situación de
fortaleza y tranquilidad para enfrentarse a cualquier
desaceleración”.
Fernández Ordóñez tiene razones sobradas para afirmar esto,
pero la economía española ni está tan herida como dicen
unos, ni tan boyante como se afirma desde el Gobierno.
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