Es a lo que queda reducida, a
partir de ahora, la competencia en las líneas del Estrecho,
tras varios años con tres e incluso cuatro navieras haciendo
este trayecto.
Particularmente me gusta la competencia y si es entre cinco
mejor que entre dos, pero en el Estrecho, al menos desde
1978 que es desde cuando yo lo conozco, casi siempre se ha
dado un bis a bis, entre dos, y eso sí, siempre con
Trasmediterránea en acción.
Desde ese año que he citado la competencia fue entre
Trasmediterránea e Isnasa, hasta hace muy pocos años.
Más tarde apareció en escena Buquebús, rompiendo con la
anarquía de horarios que imperaba por aquella época.
Buquebús trajo, al menos inicialmente, una puntualidad que
agradaba a la clientela. Lo malo es que los barcos que ha
utilizado en la línea, salvo el Catalonia, que estuvo poco
tiempo cruzando el Estrecho, no han sido de lo mejor para
viajar de Ceuta a Algeciras.
También entró, hace unos años, en escena Euroferrys, con
unas ideas muy atractivas, pero las programaciones que, en
el despacho, debían ser buenas, en la realidad no pasaron de
simplemente aceptables, pero con un barco completamente
nuevo y cómodo ha cumplido con los clientes, yo creo que
bien.
Ahora ya eran tres, y hace menos de un año entró, con
fuerza, Balearia. Sus barcos modernos y cómodos en días de
bonanza en el Estrecho, no lo son tanto cuando “ el monstruo
ruge”. Con todo, desde fuera, se ve una empresa solvente.
Hasta estos momentos, aunque cada una fuera por su lado,
aparentemente, había buenas relaciones entre Balearia y
Buquebús, por un lado y enfrente Acciona con Euroferrys,
llevándose el gato al agua estos con el 80% de la clientela.
A partir de ahora tenemos que ver, por un lado a Balearia
que se hace con el control exclusivo de Buquebús España SA,
y por otro a Acciona – Trasmediterránea que está junto a
Euroferrys, con lo que ya de 4 hemos pasado a 2.
Para Basilio Fernández, presidente del CES “el desarrollo y
prestación del servicio independiente, tanto por Acciona
como por Balearia, y la salvaguarda de la libre competencia
por parte del Tribunal de la Defensa de la Competencia,
puede ser favorable para los intereses de los ciudadanos”.
Habrá, pues, libre competencia, con política de precios
acorde a la situación. Esperemos lo mejor, aunque me parece
mucho optimismo que se confíe, plenamente, en que esta
operación no tenga consecuencias negativas sobre la
competencia.
Si hay, de verdad, libre competencia estaría bien, pero
¿Quién nos garantiza ahora, que dentro de seis meses no se
den acuerdos entre las dos navieras?. Tiempo al tiempo, pero
con estas uniones la libertad va a quedar bastante diezmada.
La compra, o como lo queramos llamar, de Buquebús por parte
de Balearia, cuenta con todas las bendiciones, de los
organismos que deben velar por el control de la libre
competencia. Eso, en principio debe ser una garantía cara al
futuro, pero si hay dos navieras fuertes que se van a
repartir el pastel, ya a partir de ahora vemos más que
complicado el que cualquiera otra pueda entrar en esta ruta.
Ahora, y de verdad, lo que desearíamos sería que “este
matrimonio” entre Balearia y Buquebús no perjudique, primero
en horarios, y al final, naturalmente, en precios.
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