M.M.L ha sido imputado por un delito contra la seguridad del
tráfico. La prueba de alcoholemia que le practicó la Policía
Local dio un resultado positivo de 1,13 mililitros de
alcohol en sangre. El acusado aseguró ante el Tribunal que
su control dio negativo y que le cambiaron los resultados.
La defensa intentó durante la vista corroborar ese
testimonio.
El Juzgado de lo Penal Número Uno de Ceuta sentó ayer en el
banquillo de los acusados a M.M.L por un delito contra la
seguridad del tráfico. Los hechos que se le imputan se
produjeron el 5 de diciembre de 2003. Éste se encontraba
circulando por el cruce del Sardinero cuando recibió el alto
por parte de la Policía Local. Los agentes explicaron ante
el Tribunal que el acusado, “nada más bajarse del vehículo,
se tambaleó varias veces, balbuceaba y no sabía responder
con coherencia a nuestras preguntas, de ahí que le
invitáramos a practicarse las pruebas de alcoholemia”,
explicó.
El acusado se defendió ante la jueza en varias ocasiones
indicando que se le practicó una primera prueba, “que dio un
resultado negativo y la rompieron en mi cara, por lo que
estoy seguro de que en la segunda que me hicieron, me
cambiaron los resultados. Yo no iba mal”.
El Ministerio Fiscal se interesó por saber la cantidad de
alcohol que M.M.L había ingerido durante toda la jornada, a
lo que éste contestó que “dos medios wiskys por la mañana y
después sobre las 18:30 horas, tres o cuatro cervezas, pero
la prueba me la hicieron sobre las 21:00 horas, por lo que
yo no podía dar positivo”, concluyó.
La Fiscalía solicita para el acusado una pena de 8 meses de
multa, a razón de 10 euros la cuota diaria, por lo que haría
un total de 2.400 euros y a la prohibición de conducir
vehículos a motor por un periodo de dos años. La Defensa
solicita sin embargo la libre absolución. El juicio quedó
visto para sentencia
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