Lamentablemente esta colaboración no va en su línea
habitual. Podría haber salido con temas sobre Educación para
la Ciudadanía (EpC), fracaso escolar (está a punto de salir
el informe PISA), violencia y acoso escolar (aparecen ya los
primeros casos), la promoción con cuatro asignaturas
pendientes en 1º de Bachillerato… Pero, la tragedia ocurrida
el día 5 de los corrientes, el pesquero de Barbate, me
obliga a escribir sobre ella. No tengo más remedio que
solidarizarme con mi querido pueblo. El naufragio del “Nuevo
Pepita Aurora” se produjo sobre las dos de la tarde a quince
millas del sureste de la sufrida localidad gaditana, con un
balance de tres marineros muertos y con cinco desaparecidos.
Al parecer, el suceso se produjo por un golpe de mar
provocado por el fuerte viento de Levante que había en la
zona. El barco volcó y quedó con la quilla “al sol”. Ocho de
los 16 tripulantes que se encontraban a bordo corrieron
mejor suerte y pudieron ser rescatados por otras
embarcaciones, que los trasladaron hasta el puerto donde
fueron atendidos por los servicios sanitarios.
A pesar de que el fuerte viento fue el factor determinante
de la tragedia, el lugar en el que el golpe de mar
sorprendió al barco en “pleno Estrecho”, jugó también en
contra de las víctimas. Cuando se levanta temporal, los
barcos dejan de navegar hacia barlovento para hacerlo en
popa. Por ello a juicio de los expertos, el “Nuevo Pepita
Aurora” reviró y se escoró a una banda, sin lograr
recuperarse, dando finalmente la vuelta. Este giro de 180º
originó que la quilla “quedara al sol”. La posibilidad de
que esta circunstancia hubiera permitido la formación de una
bolsa (burbuja) de aire en el interior del pesquero, hacía
que los equipos de rescate tuvieran una mínima esperanza de
poder sacar allí con vida a los desaparecidos. El paso del
tiempo, sin embargo, aumentó poco a poco el pesimismo de
todo un pueblo expectante. Pero, el barco desapareció
durante unas horas, hundiéndose definitivamente; por lo que
se desvanecieron las ilusiones de remolcar el pesquero a una
zona tranquila.
La otra cara de la moneda de esta tragedia es la de ocho
supervivientes que, lógicamente, muestran su tristeza por la
pérdida de sus compañeros de faena, pero al menos ellos
pueden contarlo.
En estado generalizado de desaliento, se recibe la noticia
de que un robot ha encontrado un cadáver en el cuarto de
baño del pesquero hundido. Por primera vez dan muestras de
cierto alivio. Al menos, una familia más podrá enterrar a su
ser querido. Pero la fuerte corriente dificulta el rescate
del barco, a pesar de la colaboración de gran número de
barcos de la zona.
En el momento de redactar estas líneas –viernes día 14- las
cosas siguen igual. ¿Por qué ocurrió? La embarcación era
relativamente nueva –construida en 1998-. Al parecer se
hundió al perder la estabilidad, después de que el viento y
las olas arrastraran las artes de pesca que transportaba en
un lado. Conviene apuntar que el “Nuevo Pepita Aurora” era
“gemelo” –de la misma clase y características similares- del
“O Bahía”, que naufragó el 3 de Junio de 2004, en la gallega
“Costa da Morte”, por las mismas causas que el barco de
Barbate.
En estos días he estado en contacto con algunos antiguos
alumnos de mi etapa en Barbate, y la tragedia ha hecho mucho
daño en sus conciencias, que no quieren que se repita algo
parecido y que ya por siempre llevarán en la memoria a los
cinco desaparecidos y a los tres fallecidos. Y en el
recuerdo de todos, la desaparición del “Joven Alonso”,
pesquero de Barbate con sus 39 tripulantes. Esta gran
tragedia ocurrió el 8 de Diciembre de 1960.
El día 12 de Diciembre de 1949 los ceutíes vivimos también
una gran tragedia: cuatro pesqueros se hundieron en los
llamados “Isleros de Santa Catalina”. El balance de muertos
y desparecidos fue alrededor de 60.
Y también, en nuestro recuerdo, una fecha que no olvidamos:
12 de Enero de 2006, la desaparición de nuestro inolvidable
Pedro López Muñoz, cuando faenaba, como marinero –a él le
gustaba que se le llamara así- en un pesquero de Barbate.
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