Así es como llamo yo al Instituto
Siete Colinas, lugar en el que he pasado una gran parte de
mi vida.
El actual Instituto “Siete Colinas” era “ El Femenino” de
Ceuta, cuando yo llegué a esta ciudad, el último día de
septiembre, o el primero de octubre de 1978.
Había pasado la noche en Sevilla y nada más levantarme para
coger el coche y emprender viaje a Ceuta me enteré de la
trágica noticia de la muerte de Juan Pablo I. Yo no podía
pensar, en aquel momento que, al correr los años, en el 2007
yo iba a escribir, en repetidas ocasiones, sobre aquella
triste noticia. Pero es que cuando tienes amigos, con los
que tratas, como me pasa a mí con Jesús López Sáez, que es
quien más sabe de ese tema, al hablar días y días, al
cambiar opiniones, te contagia y, a veces, sin querer,
entras en unas profundidades que yo no lo hubiera pensado
entonces.
Mi llegada a Ceuta fue muy agradable. Viví varios años en la
Residencia de la Juventud, que dirigía “con buen tino” Juan
José Garrido. Y allí estuve hasta que un alcalde, Paco Fráiz,
entró como el “caballo de Atila” y dijo que aquel lugar no
era para que vivieran profesores. Allá él, afortunadamente
su gloria como político está desde hace años ya en el
inframundo.
En el Instituto “ Femenino” había un ambiente muy bueno, de
amistad y de trabajo, Teodosio Vargas Machuca era su
director y llevaba aquello como un verdadero centro de
enseñanza y formación, con Enrique García Conde como jefe de
estudios. Aquella fue una etapa imborrable para mí, por el
buen nivel que tenían las alumnas y el ambiente de trabajo
que se respiraba.
No sé cuantas alumnas había entonces en el Instituto, seguro
que menos que ahora, porque las cosas han cambiado por
completo.
En estos momentos, al comenzar el curso en el “Siete
Colinas” me dicen que este año tendremos en torno a 1200
alumnos, algunos más que el pasado curso y eso que no se han
podido matricular más, pues es público y notorio que en
Ceuta este centro sigue teniendo una gran fama, cosa que me
alegra por haber pasado en él tantos años hasta ahora.
Si hacemos una relación de cómo han ido las cosas, tras el
período de matriculación, vemos que ha subido el número de
alumnos en primero de Bachillerato, que hay un ligero
descenso en segundo, por cuanto algunos repetidores optan
por el INBAD o por el nocturno, que en teoría son más
fáciles de salvar, y ya se sabe que “ante todo aprobar”, lo
de saber será otro cantar.
En la ESO el Instituto “Siete Colinas” tendrá este curso,
2007 – 2008, nada más y nada menos que 31 grupos, repartidos
en 8 de primer curso, 8 de segundo, 8 de tercero y 7 de
cuarto. Además hay 2 grupos de Diversificación y 14 de
Bachillerato, 9 de ellos de primero y 5 de segundo.
En algún momento ya hemos dicho en esta misma columna que
este es un centro grande, con lo que también tienen cabida 3
programas de cualificación profesional inicial, 2 de ciclo
formativo de grado medio y 2 de ciclo formativo superior.
Las opciones, pues, en “esta casa” son tantas que por eso,
todos los años hay problemas al no poder admitir a alumnos
que quisieran estar con nosotros, y que por razones
administrativas no se pueden matricular aquí.
Y como un instituto, además de tener un lugar para impartir
las clases, necesita docentes (profesores) y discentes
(alumnos), de estos ya hemos hablado, del lugar hablamos en
repetidas ocasiones, especialmente cuando haya obras, cosa
muy típica aquí, pues además nos falta citar a los
profesores, que en este curso seremos,112, curiosamente, dos
menos que el pasado año.
Ahora, a pocas horas ya de la normalidad completa en el
centro para este nuevo curso, yo lo único que desearía es
que, todo aquel que ocupe un lugar en un aula de esta casa,
pueda decir en el futuro que ha logrado una formación para
poder abrirse paso en la vida, sin depender de los demás. Y,
por supuesto, en un centro como este, si no hay orden, si no
hay seriedad y buen talante, es difícil poder lograr esa
formación que será el punto de arranque de los más de mil
alumnos que aquí estudian.
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