Los inquilinos de la vivienda situada en la calle Escuelas
Prácticas estuvieron a punto de vivir una tragedia el pasado
jueves. El muro lateral que separaba a la casa del
acantilado del Sarchal y la puerta de acceso al garaje,
terminaron en la playa de la barriada y aunque en ese
instante tres personas, entre ellas un menor, se encontraban
en el interior de la vivienda, no hubo que lamentar daños
personales.
Evidentemente las lluvias torrenciales que sacudieron a la
ciudad autónoma tienen mucho que ver en lo ocurrido, pero la
situación se agrava mucho más si se tiene en cuenta que la
situación de la vivienda está contemplada de alto riesgo
desde septiembre de 2006, ya que sus inquilinos solicitaron
asistencia técnica al Instituto de la Vivienda de las
Fuerzas Armadas (INVIFAS) en mayo de ese mismo año. Dicha
solicitud ya denunciaba el peligro de derrumbe que corría el
muro exterior.
Posteriormente, en julio, el Ministerio de Defensa, a la
vista de lo manifestado por la asistencia técnica del Área
de Vivienda, solicitó un informe complementario donde se
concreten soluciones alternativas a la demolición de la
vivienda. Además, en previsión de tener que realojar a los
inquilinos, Defensa solicita una relación de varias
viviendas susceptibles para llevar a cabo el realojo de la
familia. El Ministerio exige que el nuevo inmueble esté
situado en el entorno y que sea de iguales o parecidas
características a la ocupada por la familia hasta el pasado
jueves. También se solicita la estimación del gasto
necesario para llevar a cabo la rehabilitación de la nueva
vivienda.
El realojo no llegó
La familia ha denunciado que a pesar de que los técnicos
encargados de la situación conocían la situación han
“evadido responsabilidades” y casi un año después de que se
informara del alto peligro de derrumbe que existía “nadie
hizo nada y se puso en peligro la vida de toda mi familia”.
Además durante este periodo de tiempo fueron ofrecidas una
serie de viviendas que no eran susceptibles de ser ocupadas
ya que las características distaban mucho, sobre todo en
tamaño, del ya desalojado inmueble.
En estos momentos los cinco miembros de la unidad familiar
se encuentran realojados en otra zona de la ciudad autónoma,
pero denuncian que tras cuatro días en la nueva vivienda aún
no tienen ni luz, ni agua corriente y que los baños se
encuentran en un pésimo estado.
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