Parece, porque lo sufro a mucha
distancia, que no ha sido esta la semana mejor,
climatológicamente hablando, para Ceuta.
Nuestra ciudad, que tiene, de ordinario, un clima bastante
agradable y regular, sin excesivos calores en verano y con
poco o ningún frío en invierno, de vez en cuando, tiene que
soportar fuertes aguaceros, pero en pocas ocasiones con
serios peligros.
Esta semana, desde el lunes, las cosas fueron diferentes, e
incluso el jueves hubo cierto peligro, por no estar
totalmente controladas las previsiones desde el organismo
experto, aunque parece que no lo fue tanto, el INM.
Y decimos esto, porque si el Instituto Nacional de
Meteorología hubiera estado más acertado en las previsiones,
ese peligro, con toda seguridad, hubiera sido menor.
Ya sé que expertos en estas materias me van a salir al paso
y me van a hablar de las irregularidades y de lo
imprevisible que es el estrecho, pero eso me puede servir a
medias, porque hoy, en todas partes, “se atina” al 100% y
aquí, curiosamente, en muchas ocasiones se falla en un 40%.
Las cosas como son.
El jueves la tromba de agua llegó a dejar más de 120 litros
por metro cuadrado, en Ceuta, una cantidad que muchos años
no se alcanza en todo un trimestre de los más lluviosos.
Esto, y teniendo en cuenta la estructura de algunas zonas de
la ciudad, creó serios problemas en varias barriadas y
tuvieron que ser evacuadas de sus viviendas más de medio
centenar de personas.
Esta gran cantidad de agua cayó en tan sólo seis horas, lo
que dejó al descubierto, también, las raquíticas estructuras
de algunos servicios que se necesitará acondicionarlos para
sucesivos momentos, cuando vuelva a ocurrir algo como esto,
algo que no es normal, es cierto, pero que puede repetirse
en cualquier otra circunstancia.
Ni que decir tiene que, ante una situación como esta, repito
que peligrosa en algunas zonas de la ciudad, se activaron
todos los resortes de la Ciudad Autónoma, con una intensa
actividad desde Protección Civil hasta el Cuerpo de
Bomberos.
Si en algún momento inicial cogió desprevenido a algún
organismo, se debió a que, a primeras horas de la mañana, el
Instituto Nacional de Meteorología situaba a Ceuta en un
nivel verde, lo que quiere decir que lo daba como total
normalidad. No había peligro de nada. Pero, mira por donde,
las previsiones aquí, en ese momento, fueron superadas, y de
qué manera.
Al mediodía, doce de la mañana aproximadamente, se había
pasado a alerta naranja y desde ahí el operativo tuvo que
empezar a actuar y con mucho trabajo. No se podía ver con
claridad lo que podría llegar más tarde.
Hay que tener en cuenta que cuando se había llegado a media
mañana ya habían caído casi cien litros de agua y la
persistente lluvia seguía con la misma fuerza.
En esos momentos el Instituto Nacional de Meteorología
informó que la intensidad de las precipitaciones se iba a
mantener hasta la una del mediodía o más.
Será, precisamente, a la una del mediodía cuando el mapa
meteorológico vuelva a cambiar a nivel verde. Las cosas
parecían aclararse, pero en Ceuta se estaba viviendo algo
diferente de lo que decía ese mapa, por cuanto las lluvias
no habían remitido, y para las horas siguientes lo mejor era
esperar, porque el INM no era lo más fiable.
Hay que resaltar que la primera llamada para un caso de
emergencia se produjo a las nueve y pocos minutos de la
mañana, a partir de aquí las atenciones fueron muy
numerosas, y aunque no hubo desgracias personales, sí hubo
momentos de mucha tensión y de peligro.
Y si todo esto entraba en el capítulo de lo que puede
considerarse previsible, no era tanto el hecho de que a
mediodía se padeciera el impacto de un tornado procedente
del Estrecho.
En estos días Ceuta no se ha privado de nada, pero de lo que
no puede estar privada, especialmente, es de que un servicio
como el INM no vea lo que puede llegar a nuestra ciudad, en
esto como en todo Ceuta no debe ser inferior a Cataluña o
Euskadi, por ejemplo.
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