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OPINIÓN - JUEVES, 13 DE SEPTIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / VERBA SEQUENTUR

¡Menos mofarse de la ciudadanía¡
 


Miguel Massanet Bosh
miguelmassanet@elpueblodeceuta.com

 

Mientras la Bolsa va de batacazo en batacazo (una bajada del 2’29%, el viernes pasado) y el euroibor de subida en subida, pese a las contínuas inyecciones de liquidez del Banco Europeo; en casa da la sensación de que somos inmunes al desaliento y parece que estamos viviendo en el mundo de Alicia en el País de las Maravillas, un país que es ajeno a  todos los vaivenes de la economía americana y europea; y, si no me creen, vean ustedes como al señor ZP y a su nuevo asesor, el señor Botín, les ha dado por negar la realidad, como si todos los ciudadanos de este país –como parece ser la intención de la la señora Cabrera con su Educación para la Ciudadanía –, fuéramos incapaces de sacar nuestras propias conclusiones de lo que está aconteciendo a nuestro alrededor. Comprendo que el señor Solbes, presionado por su partido, se muestre cauto y balbucee, entre incoerencias, sus temores de que hay signos preocupantes; pero lo que no es de recibo es que, el propio Jefe del Ejecutivo, se empeñe en negar lo evidente. Si, señor Rodriguez Zapatero, puede que a usted no le haya afectado, pero ya somos muchos cientos de miles de ahorradores los que estamos sufriendo en nuestras economías las consecuencias del desplome de la vivienda en EEUU y de su influencia en el sector hipotecario. Una bajada del Ibex de 14.000 puntos no es algo baladí para los ahorradores; añada a los que han hecho un sacrificio para poder adquirir una vivienda y que han visto como los plazos hipotecarios, en menos de un año, han experimentado subidas de más de cien euros mensuales y a aquellos que, como consecuencia del encarecimiento de los productos de primera necesidad (pan, leche, carne, pescado y verduras) se están dando cuenta de que sus sueldos no les llegan para terminar el més. No olvide tampoco a los sufridos padres de familia que tienen que enfrentarse a un encarecimiento de los libros de texto y del ajuar preciso para que sus hijos puedan ir al colegio. No son unos pocos, como decía la inefable señora Chacón, son ¡cientos de miles o millones los afectados,los que se deberán estrechar el cinturón para sobrevivir!

 No todos somos como Botín y el resto de grandes banqueros; no todos cobramos un millón de pesetas mensuales como el señor Pepiño Blanco y no todos podemos lucrarnos, como los de la Oficina Económica del Gobierno –con el señor Arenillas al frente –, de las bicocas privilegiadas de estar donde se deciden las Opas y se perjeñan los acuerdos con otros gobiernos o gobernantes amigos. Muchos de los que estamos padeciendo el parón económico, que usted niega con tanto descaro, somos personas que durante toda la vida hemos estado ahorrando para complementar las ridículas pensiones que se perciben de la seguridad social. Y digo ridículas, porque no tienen comparación con las que se perciben en Alemania, Inglaterra o Francia. Y es que ustedes son una nulidad, con sus fantasías tercermundistas, con sus planteamientos del comunismo trasnochado y con sus flirteos con los separatistas, no buscan más que perpetuarse en el poder, sin tener en cuenta que han dilapidado la herencia que recibieron del anterior gobierno; han sido y son incapaces e ineptos para enfrenterse a la crisis que se nos echa encima y, ante ella, todo lo que se les ocurre es decir que todo va bien y no pasa nada. ¡Cómo se nota que sus sueldos siguen intactos, sus prebendas aseguradas y su vergüenza por los suelos! Díganle al señor Chavez que menos ofertas de globos utópicos y más realidades, que las amas de casa todavía están esperando los sueldos que se les prometieron y las vacaciones gratis que tenían que disfrutar.O ¿es que han perdido la memoria? ¡Claro que recordar puede ser incómodo cuando les puede restar votos! Menos PER y más trabajo, señor Chávez, que no con la vagancia de algunos, el conformismo de otros y la insensatez de los demás es como se levanta una Nación, sino con trabajo, con esfuerzo y con sacrificio, no permitiendo vivir de la jauja a una banda de jugadores de mus para que, cuando lleguen las elecciones, les voten para continuar viviendo de los subsidios que pagamos entre todos los españoles.

Menos compromisos con Cataluña, señor ZP, y menos alardear de catalanismo para recuperar los votos perdidos con el apagón y los trenes de cercanías – por cierto ¿cuándo piensa cesar a la ministra de Fomento? – y más preocuparse del resto de comunidades que también tienen derecho a mejorar sus infraestructuras y a la ayuda del Estado. O ¿es que, señor ZP, porque son más ricos han de recibir más? ¿Es esta la doctrina socialista de Pablo Iglesias o de don Julián Besteiro? Si en lugar de dedicarse a

destrozar España, si en vez de buscar problemas donde no los había con estatutos y otras zarandajas; se hubieran ocupado de las verdaderas necesidades de los ciudadanos otro gallo nos cantaría; porque, ustedes, los socialistas, no han hecho otra cosa que promulgar leyes, hacer ofertas ostentosas y prometer el oro y el moro, pero a la hora de la verdad, nada de nada, La famosa Ley de los 2.500 euros por nacimientos todavía está en los sótanos de la burocracia; la de la Dependencia en las dependencias de Hacienda y en el despacho del señor Solbes que todavía no sabe de dónde sacar el dinero para hacer frente a ella, menos mal que, como no tienen estructura suficiente para desarrollarla ( a pesar de los miles de burócratas de la Administración que tienen la barriga escocida de tanto rascársela) y están a la búsqueda de quienes deben o no percibir las ayudas las cosas se eternizan y la culpa se la cargarán al fin al PP.

 Menos leyes, menos promesas, menos tomaduras de pelo y más eficiencia; el gobierno anterior, al que tanto han criticado, les pudo dar lecciones de cómo se hacen las cosas, de cómo se gobierna y de cómo se cumplen las promesas que se hacen a la ciudadanía. Pero, claro, ustedes tenían que tirar por la borda todo lo que recordara al PP, y, vaya si lo han hecho; lo han hecho con tanta eficacia que, hoy en día, es imposible reconocer en esta España, desacredita internacionalmente, dividida, enfrentada entre sus autonomías, amanazada de ser cuarteada y pasto de advenedizos, que nos han invadido creando la mayor inseguridad que se ha conocido desde los tiempos anteriores a la Guerra Civil. La Justicia por los suelos, las leyes violadas y los que debieran velar por su cumplimiento mirando hacia otro lado. No nos tomen más el pelo, señor ZP, y no nos venda como bueno un gobierno formado de nulidades y de afectos a su persona; porque, mire por donde, me recuerda usted al abuelo de nuestro Rey, a don Alfonso XIII que hizo como usted, se rodeó de fieles servidores adeptos a su persona y ¡así le fueron las cosas!
 

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