El fin de semana volvió a ser una vez más el momento elegido
por la delincuencia común para practicar su actividad en el
polígono del Tarajal. En esta ocasión las naves que
sufrieron el robo fueron dos, situadas en el polígono
Alborán, uno de los que componen el Tarajal. Los números 35
y 37, dos almacenes casi contiguos, según explicó el
presidente de la comunidad de propietarios de la
instalación, Mohamed Ahmed.
Uno o varios individuos permanecieron escondidos en el
interior de la nave 35, propiedad de un ciudadano francés.
El presidente del polígono relató que una vez los empleados
cerraron y se fueron del polígono, desde dentro los
asaltantes abrieron una de las puertas y huyeron con
material de oficina como un ordenador.
El modus operandi en el robo de la otra de las naves, la
número 37, fue distinto. En este caso, el o los ladrones
agudizaron el ingenio para levantar el cerrojo de una de las
puertas del almacén introduciendo un varilla metálica por
debajo del umbral de la puerta, según explicó Ahmed. El
almacén, dedicado al comercio de neumáticos, apareció ayer
lunes sin varios electrodomésticos, y con papeles y
documentos revueltos y tirados por el suelo.
La desazón vuelve a poblar el Tarajal, que ve como suma y
multiplica sus problemas con la creciente actuación de la
delincuencia común en la instalación. “Esto no es un
polígono comercial, es un paso fronterizo con delincuencia”,
llegó a afirmar el propio Ahmed.
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