Esta expresión, recuerdo haberla
vivido muy de cerca, cuando un antiguo colega del Instituto
Femenino de Ceuta, hoy Instituto Siete Colinas, Diego
Sánchez del Real, desde su plaza de profesor de Literatura
comenzó a mover y a promover lo que a otros, tal vez por
ignorancia, no se nos había ocurrido:” Las relaciones e
intercambios culturales, entre cuatro colectivos culturales
que convivían y conviven en nuestra ciudad.
Recuerdo, también, que el titular, porque no lo comprendían,
ni en el fondo, ni en la forma, no se tomó muy en serio,
entonces, en el Instituto.
El término “universidad” sólo parecían verlo en la
perspectiva de una enseñanza superior, tras los estudios de
bachillerato. El otro sentido de unión y universidad, al
comienzo de los años 80, era casi desconocido.
Pues bien, al correr el tiempo, no sólo el término, sino el
sentido que encierra se pone cada vez más de manifiesto y
ahí tenemos como el pasado sábado se dio el I Congreso
Convivencia de Culturas, con la presencia de los
representantes de cada comunidad y la única excepción del
presidente del colectivo hebreo, José Bentolila, que no pudo
asistir por problemas puramente religiosos:” Su religión no
permite actuaciones públicas en sábado”.
Con este Congreso debemos analizar tres aspectos que tienen
relación entre sí, que van muy unidos, yo diría que de forma
inseparable: Interculturalidad igualado con fraternidad, de
lo que saldrá la alegría del encuentro entre comunidades
diferentes, que quieren acercarse más en su convivencia.
Este Congreso se celebró el pasado sábado, con participación
de:
Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos.
Fundación Premio Convivencia.
Consejería de Educación, Cultura y Mujer.
Naturalmente, para el inicio del Congreso estuvo el
presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas
Lara.
Además para poderse desarrollar este Congreso, tal como se
desarrolló, tuvo el patrocinio de la Viceconsejería de
Equipamiento en Barriadas de la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Por las distintas comunidades y con un gran interés en todas
ellas estuvieron:
Laarby Al – lal Maateis, como representante de la comunidad
islámica.
Soni V. Lalwani, tesorera de la comunidad hindú,
representaba a este colectivo.
Mientras que por la comunidad cristiana estuvo el actual
cronista de la ciudad, Gómez Barceló.
Repito que el presidente de la comunidad hebrea, señor
Bentolila, no asistió, por cuanto su religión, y de eso sabe
más el señor Bentolila que yo, no permite actuaciones
públicas en sábado.
Una pena que esta comunidad, histórica en Ceuta, no tuviera
su lugar junto a los otros grupos culturales. Con todo, cada
religión y cada cultura sabe hasta donde pueden llegar sus
actuaciones, por lo que nosotros la no presencia, más que
justificada, de acuerdo con sus criterios respetabilísimos
la tenemos que respetar.
La noche anterior al Congreso tuvo lugar la toma de contacto
entre las distintas culturas, con una cena que se dio en el
restaurante “La Peña”.
Luego ya, metidos en el Congreso, debemos destacar la
presencia, inicialmente, del presidente de la Ciudad, para
que, a continuación, desde las nueve y media de la mañana
hasta las dos y cuarto del mediodía, se presentaran las
distintas ponencias, así como los manifiestos de los
representantes de cada una de las comunidades.
Podemos decir que fue una “fiesta” de unión. De aquí no
salen tiranteces, de aquí sale amistad, convivencia armónica
y buenas relaciones, entre los distintos grupos culturales.
Y es que Ceuta, por su situación geográfica, desde siempre,
ha sido cruce de caminos y culturas, por su realidad
histórica que acoge en tan sólo 18 kilómetros cuadrados a
cuatro grupos sociales muy distintos, con lo que se
convierte en el lugar idóneo para que esas culturas traten
de unirse cada vez un poco más, lo que se logrará en actos
como este Congreso del fin de semana.
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