Desempleo que aumenta
considerablemente entre los inmigrantes (158.000 sin empleo
en julio pasado) y, por si fuera poco, continúa la invasión
de los cayucos y barcazas que arriban a Canarias o que
entran por las fronteras con Marruecos y del norte de la
Península.
Este puede ser sin duda el “talón de Aquiles” de ZP. En
España estamos acostumbrados a vivir bien, yo diría que muy
bien. Mientras nadie toque los bolsillos de los ciudadanos,
la política queda en segundo término; pero ¡atención!, si
empiezan a notar que les cuesta llegar a final de mes; si
los plazos se encarecen; si los créditos se acortan y los
intereses aumentan; si empiezan a recelar de que pueden
perder el puesto de trabajo; si, para llevar a los niños al
colegio, tienen que prescindir de ir al cine o de ir a comer
los domingos fuera de casa o no se pueden comprar unos
zapatos nuevos o no pueden mantener el coche; si, como ya ha
sucedido este año, no pueden salir de vacaciones o si ven
que, todo aquello que se les prometió con fines
electoralista, no se materializa en hechos palpables,
¡cuidado!,¡cuidado señor Zapatero!, que esto ya son higos de
otro costal que, la ciudadanía, no pasa por alto a la hora
de acudir a las urnas. Recuerde que el presidente Aznar fue
quien trajo el bienestar a España, la encumbró e hizo
rebrotar a la industria y el comercio, revitalizando la
economía nacional hacia cotas nunca vistas en los anteriores
gobiernos socialistas. Si ahora, el gobierno socialista,
sólo les puede ofrecer a los votantes “estrecharse el
cinturón” mal les va a ir en las próximas elecciones.
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