El Juzgado de lo Penal Número Uno de Ceuta sentó ayer en el
banquillo de los acusados a K.T por un delito contra al
salud pública. Los hechos sucedieron el pasado mes de
agosto, cuando este individuo intentaba acceder a un ferry
con destino a la península, en la Estación Marítima de la
ciudad autónoma. La Guardia Civil, situada en el control de
la zona de preembarque de vehículos, paró al acusado y el
can detector dio la señal de alerta de que el coche indicado
podía ocultar en su interior algún tipo de sustancia
estupefaciente. El coche fue retirado e inspeccionado de
forma pormenorizada por los agentes de esta unidad.
Finalmente se descubrió que el vehículo contenía un paquete
de hachís de 20 kilos.
La defensa de K.T
Ante el Tribunal, K.T indicó que no sabía que en su coche
había droga y que fue su propio hijo el que la introdujo y
la ocultó, porque era él quién tenía verdadera intención de
pasar la droga hasta la península.
La letrada del acusado llevó a la sala de vistas al hijo y
presunto culpable de los hechos para que testificara y diera
credibilidad a la defensa de su padre, pero la jueza no lo
consideró un testimonio solvente y decidió no admitirlo.
Los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en los
hechos expusieron también ante el juez que K.T desde el
primer momento negó con rotundidad que la droga encontrada
fuera de su propiedad.
El Ministerio Fiscal solicita para el acusado una pena de
tres años y ocho meses de prisión y el pago de una multa de
24.000 euros, valor que habría alcanzado tal cantidad de
droga en el mercado. El juicio quedó visto para sentencia.
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