El Islam es, no solo una creencia, sino también una
práctica, tanto espiritual como temporal. El Islam es , en
efecto, un código completo destinado a reglamentar la vida
humana. El Islam intenta formar una totalidad que englobe
las diferentes facetas de la vida humana. Aún más, quiere
crear una coordinación entre todos estos dominios.
Si leemos las escrituras de cualquier religión o las
homilías que nos enseñan cuestiones de moral veremos como el
mismo drama del conflicto entre el conocimiento y la
ignorancia, entre la tiranía y la injusticia, se ha
representado en diferentes formas. Cualquier filosofía a la
que podamos afiliarnos estará de acuerdo el ser humano que
es responsable de sus actos, porque posee el dominio de sus
sentidos, conciencia e intelecto así como voluntad y
resolución. Esta responsabilidad que asume el ser humano se
denomina, el la terminología del Islam, Taklif u obligación
religiosa, siendo el grado de esta responsabilidad, en cada
persona proporcional a su capacidad y aptitud, dependiendo
de su fuerza y poder. El principio directo de esta
responsabilidad es tal y como fue establecido por Dios. El
ser humano necesita que la luz de las experiencias pasadas
ilumine su presente y su futuro. Todos ellos dejaron sus
huellas en las páginas de la historia, entre ellos podemos
hallar emperadores rodeados por el esplendor de sus cortes,
generales y comandantes militares, filósofos perdidos en sus
pensamientos, poderosos conquistadores embriagados por su
poder y poetas que contaban para reconfortar su propia
soledad con dulces cánticos. A su manera (cada uno de ellos
ejerce su atractivo sobre los hijos de Adán), ya se trate de
Anibal de Cártago, Alejandro de Macedonia, César de Roma,
Darío de Irán o Napoleón de Francia. Algo parecido sucede
con la vida de todos los filósofos, desde la antigüedad,
como Sócrates, Spences de inglaterra. También la vida de
Nimrod y el Faraón Abu Jahl, describen otros rasgos de la
naturaleza y del carácter del ser humano.
Pero la cuestión es, de entre todos ellos ¿Quién puede ser
tenido por modelo de bondad y virtud como para que merezca
ser seguido e imitado por la Humanidad? Es cierto que hubo
grandes conquistadores y generales que con sus espada fueron
capaces de barrer todo lo que se ponía ante su paso, pero
¿qué hicieron para que sus vidas fueran un ejemplo? También
hubo sabios y filósofos que sondearon los secretos de la
naturaleza más allá de los límites de la percepción y
cambiaron el sentido de las cosas. No obstante no lograron
producir ningún proyecto que sirviera de guía práctica para
la humanidad. Como el vuelo de su imaginación carecía de
visión práctica nunca pudieron proporcionar al ser humano
guía alguna para el cumplimiento de sus obligaciones.
Aristóteles fue el percusor de la ética filosófica que ahora
se estudia en las universidades.
En casi cualquier institución de enseñanza superior podemos
encontrar profesores muy permisos y principios, pero ¿ se ha
dejado sentir su impacto más allá de las paredes de su
clase? Por el contrario, muchas veces vemos que la conducta
y el comportamiento de tales personas no son mejores que las
de la gente común y corriente, no hay que oir bellos
sermones para transitar por el camino recto, sino ver el
ejemplo vivo de las virtudes cardinales.
Por ello invito a todo aquel que quiera aportar algo bueno
para esta sociedad que actúe siempre con una convicción
sabiosa que conduzca al bienestar con mensajes de paz,
armonía y convivencia, sea cual sea su confesión o cultura,
y dejar de generar alarma social con mensajes equívocos ya
que esos solo conlleva al fracaso, aunque sabemos que hay
deficientes mentales con los que van a ver con buenos ojos
ya que siempre actúan ciegos de corazón y las gafas le hacen
ver cosas oscuras por lo que deberían limpiarlas, aunque la
ceguera como bien he dicho la tienen en sus corazones y no
en los ojos.
La persona que quiere el bien para la sociedad jamás debe de
intentar dividir a su gente ni tampoco otros deben actuar
como defensores de los demás, siendo utilizados y sin
pensarlo dos veces actúan con mala fe, eso si que se debe
rectificar porque no existen motivos para ello, vuelvo a
decir una vez más, trabajar para el fruto indicado, con
buenas perspectivas, y si hay que criticar, hay que hacerlo
pero siempre constructivo y con carácter observativo sin
entrar en guerra sin motivos aparentes, olvidando así
intereses personales y partidistas y sino se puede hacer de
esa manera hacer el favor de apartarse y dejen que los demás
trabajen.
Es un deber y una obligación que debéis aportar al pueblo de
Ceuta.
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