Puedo asegurarles que nuestro
periódico -mío y suyo, querido lector- marcó ayer un gol en
la dinámica electoral marroquí. Aun no sé si dentro de unas
horas, a las 18.00 locales en el céntrico cine “Avenida” de
Tetuán, El Yazgi, ministro de la USFP (‘Unión Socialista de
Fuerzas Populares’) y candidato “in pectore” junto a Saâd El
Othmani, del PJD, al puesto de Primer Ministro, se hará eco
del mismo en su mitin, pero la columna de ayer fue un
auténtico disparo de “sniper” en el escenario electoral de
la región. En una curiosa y telepática sinergia el diario en
árabe de los socialistas, “Alittihad” (La Unión) abría su
portada con este ilustrativo titular, centrando gran parte
del artículo en la zona de Tetuán-Martil: “¿De dónde sacan
tanto dinero los candidatos de la mafia a las elecciones?”.
Es una pena que los notables esfuerzos de la Administración
marroquí contra la corrupción electoral, con el Rey Mohamed
VI en cabeza, sean dilapidados y puestos en solfa, expuestos
al ridículo de los observadores internacionales, por
elementos vendidos al mejor postor, enfangados en el
trinconeo y la corrupción y financiados, en última
instancia, con capitales de más que dudosa procedencia. Y
todo ello a pocos kilómetros del Palacio Real de Rincón pues
no olvidemos que, en la época estival, Tetuán se convierte
de facto en la capital de verano del Reino de Marruecos.
¡Qué atrevimiento, qué desvergüenza la de estos barandas de
la “lista de la escalera”!: desde el “Pequeño Rey” de Martil,
el impresentable alcalde Mohamed Achboun, a su comprado
tercero de a bordo, el doctor Belouki alias el “doctor cien”
(100 dirhams se entiende), que es lo que este hipócrita
galeno cobra como peaje, pese a ser funcionario público, a
la atribulada y humilde gente a la que vilmente chantajea y
que se ve obligada, por su enfermedad, a requerir sus
servicios adivinen donde: nada más y nada menos que en el
tetuaní barrio de “El Mezuak”, el de la mezquita de los
salafistas yihadistas, una de las bases logísticas e
ideológicas del terrorismo islamista en Tetuán, mezquita que
por cierto era bien conocida -mira por donde- de conspicuos
miembros de la asociación fundamentalista de “El Tabligh”,
procedentes de Larache… y Ceuta. “Mira, mira, mira…”, que
diría coscona y jugosa, retozando en el tálamo, la señora de
“Ambiciones”: La Campanario. Una cosa va a la otra, el
afluente lleva al río y el río acaba en la mar, que es el
morir como diría Manrique, o dicho en dos palabras, a lo
Jesulín: “Im”, “presionante”. Así está el patio. Les
insinuaba ayer que mi Río Martín del alma iba camino de
convertirse, como parte de la cercana Costa del Sol
española, como esta Ceuta de las Cinco Culturas (“Cinco” y
digo bien), en un territorio con extraña semejanza al de
cierta isla separada de la Península Itálica por el estrecho
de Mesina. Una pena; un dolor. Una llamada de última hora me
advierte que el entorno real, de personas próximas a Mohamed
VI, se han hecho eco (hay denuncias por agresiones en la
Comisaría de Circunscripción y demandas legales de partidos
como el PJD y la USFP que están guardando escrupulosamente
las reglas del juego) de las ambiciones de la lista de la
escalera y de sus turbios procedimientos. Ya lo advertí
ayer: jugar a “Rey del Pueblo”, del pueblo de Martil…,
haciendo y deshaciendo a su antojo es peligroso, porque aquí
solo hay un Rey de verdad: Mohamed VI. Y por muchos años. Si
a lo que parece se inicia una investigación oficial… bien
podía continuarse en España, controlándose las actuaciones y
las ayudas de ciertos políticos andaluces, expertos en
francachelas en las dos orillas y metidos a la rentable cosa
esa de la ayuda al desarrollo. Y que además de por el Este…
¡qué salga el sol por Antequera!. Hágase la luz.
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