La Consejería de Gobernación
activa desde hoy dos campañas con la que se tratará, por la
vía sancionadora, de reducir los ruidos y la excesiva
velocidad de los vehículos en la ciudad.
En cuanto al ruido, Ceuta es una de las ciudades con mayores
niveles de contaminación acústica de las del país, lo que da
una idea del –a veces- insoportable exceso de ruido que
padecen los ciudadanos. Con esta medida se pretende que, al
menos, los derivados del tráfico rodado disminuyan
notablemente. Escapes rotos, silenciosos que no cumplen con
tal función, discotecas rodantes y hasta la emisión de
ruidos en las zonas de ocio serán controlados sonómetro en
mano. El despliegue de agentes para esta concreta misión
contribuirá notablemente al descenso de este tipo de
contaminación enmarcada en el Medio Ambiente, lo que será un
ejemplo de actuación transversal de la Administración por
cuanto la Consejería de Yolanda Bel será la que, en
aplicación a la ordenanza reguladora del ruido, sancione a
los que no la cumplan y sobrepasen los decibelios
permitidos.
Pero la misión de los agentes de la Policía dependiente de
la Ciudad Autónoma se extiende además al control de la
velocidad en el término municipal de Ceuta. Es cierto que, a
partir de determinadas horas nocturnas, con menos
circulación, algunos descerebrados utilizan las calles como
circuitos de carreras convirtiéndose en un serio peligro
para la seguridad vial. La Consejería de Gobernación a
través de la Jefatura de la Policía Local atacará tales
prácticas con permanentes controles en las calles y avenidas
susceptibles de ser usadas para pisar el acelerador.
Unos controles sancionadores que tienen el añadido de
trasladar a la Jefatura de Tráfico el hecho para que éste
sea computable en la subsiguiente pérdida de puntos en el
carnet, algo que debiera retraer al Fernando Alonso de
turno, sobre todo ahora cuando el hecho de conducir sin
permiso será considerado proximamente como un delito penal.
|