Jesús Carretero, día 1 de
septiembre
Más lo segundo que lo primero, cuando se trata de algo tan
oficial como unas elecciones generales que dan comienzo este
sábado, día 1 de septiembre.
Son muchos años de poder total por parte de los Castro.
Bueno, de Fidel, porque su hermano Raúl, en la actualidad
presidente interino, no durará mucho en cuanto desaparezca
de ese poder plenipotenciario que ostenta y ostentaba el
octogenario Fidel Castro.
Y esto es lo que suele pasar con todos los regímenes en los
que la cabeza visible es una única persona, rodeada de
muchos colaboradores que nada pintan, aunque ellos se crean
que forman parte del poder realmente, y es que cuando
desaparece el “jefe”, toda la corte que le rodeaba pierde
terreno en muy poco tiempo.
Los comicios generales que, en cuanto a la forma, han
comenzado ya, tendrán una larga duración y culminarán el año
próximo, da lo mismo la fecha, con la elección del Jefe del
Estado y de Gobierno.
Para entonces, ya veremos quien es el llamado a ocupar esos
cargos, porque, o todos los milagros se vuelcan para que
siga Fidel, o el año próximo puede estar abierta la “espita”
hacia una nueva orientación política, no sabemos si para
mejor o para empeorar más al país, pero desde luego para
algo diferente.
Y es que, quienes como nosotros, aunque de otro talante,
hemos vivido hace más de 30 años una apertura total, tras
muchos años de dictadura, podemos ver mejor a la distancia,
todo lo que se puede fraguar, también en Cuba.
Aquí en España, recordémoslo, del 25 de noviembre de 1975 al
15 de junio de 1977 pasamos de no haber partidos
legalizados, a que estuvieran en el Congreso de los
diputados La Pasionaria y Santiago Carrillo, por ejemplo. En
Cuba ya veremos lo que pasa con Fidel.
Lo que ocurre es que con elecciones como las que se inician
en Cuba, nos encontramos ante una farsa, como aquella que
también vivimos nosotros un 14 de diciembre de 1966, con
aquel famoso referéndum del VOTA SI, que casi nadie sabía
para qué era y que con más del 95% salió lo que se proponía
desde el régimen.
En Cuba el 1 de septiembre comienza, en cuanto a la forma,
no tanto en cuanto al fondo, la renovación de los
representantes del pueblo cubano.
Son unos términos que en casos así se usan, que hay muy
pocos que lleguen a comprender, porque la máquina política
va triturando todo aquello que es molesto a quien maneja la
propia máquina.
Habrá, pues, la celebración de más de un centenar de
asambleas populares, de donde arranca el proceso de
postulación de candidatos a delegados municipales.
Y, repito, todo muy bien, pero si se puede postular
cualquiera, si para postularse tiene que aportar una serie
de condiciones de afinidad total al régimen, más que
elecciones generales será una auténtica farsa, y mucho me
temo que puede ser algo así.
La prensa oficial cubana, tal como ocurre en todos los
sistemas dictatoriales, no tiene el menor rubor en
escribir:” La participación activa de los ciudadanos de
nuestro país en la organización y realización de los
comicios es una de las particularidades de nuestro sistema
electoral y nuestra democracia”. Uno no puede seguir
admitiendo esta demagogia, cuando sabemos, desde fuera y
desde dentro, los métodos y las limitaciones para quienes no
son “de la cuerda” del régimen existente.
Fidel Castro fue elegido presidente del Consejo de Estado
desde que inventó el actual modelo político cubano. A partir
de ahí fue elegido en cinco ocasiones, para sucesivos
períodos quinquenales.
Y ahora surge la pregunta ¿En las condiciones de salud que
está el dictador, se postulará Fidel Castro a su sexta
reelección? La situación es más que dudosa, por lo que los
que siguen al régimen verían con buenos ojos que le
sucediera su hermano, con lo que ya se habría dado un primer
paso, si es que Raúl era elegido.
Ahora mismo, no debemos olvidar que Fidel Castro lleva más
de un año sin aparecer en público, su salud, se oculte o no,
está muy delicada, con lo que esperemos que no gane una
batalla, después de muerto, tal como se atribuye en nuestra
historia al Cid Campeador. Esperemos que no.
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