Como veíamos ayer estos dos
partidos, ‘Albadil Alhadari’ y ‘Renacimiento y Virtud’
compiten, entre sí y contra sus “primos” del PJD, por ocupar
el mismo espacio electoral de referencia netamente islámica.
Dos rápidas observaciones: de entrada, su irrupción en el
escenario propicia la fragmentación del voto ideológico
islamista; por otro lado, al menos una de estas formaciones
presenta como veremos un cariz netamente moderado y a la
izquierda del favorito, el ‘Partido de la Justicia y el
Desarrollo’.
“Albadil Alhadari”, Partido de la Alternativa Civilizacional,
presenta un atractivo perfil al intentar conciliar, más que
ninguno, la normalización entre derechos humanos y derechos
religiosos, al menos en el sentido occidental del término.
Esta sería, posiblemente, una de las claves de bóveda que
acabará arrojando luz entre esa ambigua contradicción, tan
típicamente marroquí por otro lado, entre un país que asume
la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” y, sin
embargo, no acaba de adaptar su legislación interna
(libertad ideológica, libertad de conciencia, libertad de
religión…) a los mismos pese a los notables esfuerzos
desplegados por su joven rey, Mohamed VI. Como señala
Mustafá Lmoutassime, uno de los fundadores del partido en
2002 (si bien no fue legalizado hasta tres años más tarde) y
elegido secretario general el pasado 24 de junio en
Khouribga, “No importa si un partido sea laico, de
izquierda, de derecha o islamista. Lo esencial es que la
democracia triunfe en Marruecos”. Si bien el Islam “es solo
una de nuestras referencias”, me matiza uno de sus
militantes, el partido se apoya sobe cuatro columnas de
valores: “libertad, igualdad, equidad y democracia”, siendo
su consigna presentarse a la opinión pública con “una
alternativa real y posibilista a la crisis crónica que
padece Marruecos”.
Pero también hay “grises” en su corta trayectoria: una de
sus últimas incorporaciones más polémicas ha sido la de
Bouchta Bouriki, imám marroquí expulsado de Italia en el
2005 por decisión expresa del ministro de Interior, Giuseppe
Pisanu y que levantó en su día una oleada de críticas por
parte de la comunidad musulmana residente en Italia y
Europa, dando pie a un estructurado movimiento de
solidaridad (concentraciones, recogida firmas…) entre las
que podemos destacar las de un auténtico peso pesado, el
“hermano” Tarik Ramadán, intelectual residente en Suiza,
autor de libros de reconocida solvencia e icono referencial,
tanto por sus obras como por su apellido, entre buena parte
de la población musulmana europea. Volviendo al ‘Partido de
la Alternativa Civilizacional’ digamos que su ideología
guarda mucha similitud con el ‘Partido de la Umma’, por lo
que no cabe descartar ciertos apoyos tácticos por parte del
último dada su frustrada incursión en estas elecciones.
Neófitos en el campo electoral, el 7 de septiembre veremos
que da de sí ‘Albadil Alhadari’.
Mañana abordaremos, por último, los perfiles del ‘Partido
del Renacimiento y la Virtud’ de Mohamed Khalidi, fundado el
25 de diciembre de 2005 y fruto de una escisión, aun no
suficientemente explicada, en el seno del ‘Partido de la
Justicia y el Desarrollo’ (PJD).
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