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OPINIÓN - SÁBADO, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

El “Mea Culpa”
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Este artículo va para los “nuestros” es decir, para los peperos neocon, así que absténganse izquierdosos, laicos del pan pringao y descendientes de los abastecedores de cadáveres de las fosas comunes y cunetas de Paracuellos del Jarama. ¿Qué están murmurando con expresión aviesa y a la par recelosa? Sí. En efecto, comienzo en plan excluidor, porque me da la gana y porque, nosotros, “también” tenemos derecho a gozar de un poco de espacio en los medios, me refiero a los derechosos que adoramos la testiculina requetefina de Nicolás Sarkozy y nos deleitamos con cualquier expresión donde despunte y repunte la raza.

Pero, como se trata de reflexiones internas, los que no se sientan identificados con el peperismo beligerante mejor que lean otra cosa y no husmeen en lo que no les concierne ni interesa, ni se tornen “oleores”. Pueden leer, por ejemplo el Elle de este mes donde viene una buena muestra de la próxima moda Otoño-Invierno ( por cierto, hay que estar demente para ponerse semejantes trapajos) ¿Qué lo digo envidiosa porque no tengo dinero para comprar grandes firmas? ¡Ale, ale! Se compran una revista del mujerío o el Hola, o el Que me dices y a mí me dejan bregar con los míos y con esa absoluta falta de democracia interna que nos ha caracterizado a lo largo de los lustros. Y me estoy refiriendo a la irrupción del relamido Albertín Ruiz Gallardón y sus ambiciones particulares como aspirantes a un mullido escaño para el Albertín y otro para su inmensa avaricia de poder. Avaricia que considero alimentada por la dedocracia interna pepera. Desde aquellos años en que reinara Fraga, Don Manuel, a quien siempre he admirado con pasión, pero que se creía que, en lugar de haber fundado un partido con otros diez magníficos, se había comprado una finca y disponía sobre ella de forma autoritaria, nombrando y descombrando según le salía de sus galleguitas pelotitas que, en este caso, lo confieso, eran gallegazas pelotazas.

Defenestró al sibilino Verstrynge, que era el Pelota Mayor de Silva 23 (esa era la dirección de nuestra antigua y mísera sede) le largó por listillo y por ambicioso y le sustituyó por “el hijo de” Ruiz Gallardón, siempre el hijismo y el apellidismo por delante en este partido de pijines al que vota masivamente la España que se levanta a las seis de la mañana. Que es la España que sirve cada cuatro años para votar y eternizar privilegios, pero a cuyos votantes se ningunea a la hora de escoger cargos o repartir puestos a dedo. “El hijo de” Ruiz Gallardón, amigo personal de Fraga, fue encumbrado siendo un pipiolo y además feísimo, más poco atractivo que en la actualidad, aunque ello parezca imposible. Porque ahí el que se llevó lo bueno fue el Ruiz Gallardón padre que tenía carisma y simpatía a toneladas. ¿Qué esa elección no merece entonar un “mea culpa”? No. Si no hubieran seguido otras en las que siempre se ha elegido la curiosa costumbre de “pasar” de congresos y demás zarandajas, despreciar a ternas de aspirantes defendiendo su programa en libertad y libertad a la hora de elegir. En el PP pasa como en los regímenes totalitarios, que el que manda elige a su sucesor sin más freno ni cortapisa que sus propias pelotas. Fraga eligió a Aznar, que acabó siendo un buen político con los años y Aznar, ninguneó a los afiliados apuntando en su libretilla azul aquellos que le surgía de la ingle, ni congresos, ni votaciones, ni discrepancias. En un congreso en condiciones, con una información en condiciones, hubieran salido electos o Rato o Mayor Oreja, más el segundo, por recto, serio y autoritario a lo bueno, a lo que da confianza y te hace sentir seguro. Pero no. Aznar eligió a Rajoy. Buenísima persona. Pero al que solamente una portada en el Hola con su familia al completo, puede aupar al poder y acercarle a este populacho al que pertenezco. A Adolfo Suárez le aupó la portada del Hola. “Mea culpa” ¿Por qué no se presentan más presidenciables y lo debatimos en congresos? Allí nos batiríamos con tesón, pero el futuro saldría de las urnas, que no de componendas ni pactos de amiguetes. Para ganar tenemos que mejorar. Eso es evidente, Nostra culpa
 

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