Los ceutíes recordamos épocas
pasadas en la que tan solo existía una compañía naviera que
realizaba el trayecto Ceuta-Algeciras-Ceuta. Arcaicas
embarcaciones a precios abusivos sin ofertas algunas. Los
ciudadanos de Ceuta debíamos conformarnos y sufrir este
particular monopolio si queríamos desplazarnos a la
Península.
La rentabilidad de esta línea ha posibilitado la llegada de
nuevas compañías a la búsqueda de beneficios empresariales
que, al mismo tiempo, ha posibilitado que podamos disfrutar
de mejores embarcaciones, mejores precios e incluso,
atractivas ofertas que nos permiten viajar con precios
reducidos. Competencia real y efectiva en el Estrecho.
Debo aclarar que esta competencia es una situación en la
cual los agentes económicos tienen la libertad de ofrecer
bienes y servicios en el mercado. En general, esto se
traduce por una situación en la cual, para un bien
determinado, existen una pluralidad de oferentes y una
pluralidad de demandantes. Los oferentes se encuentran así
en una situación de competencia para ser preferidos por los
consumidores, y los consumidores, a su vez, para poder
acceder a la oferta elegida. Esta situación manifiesta el
derecho y la posibilidad material de los agentes económicos
de poder hacer elecciones, un elemento importante de la
libertad individual. También se supone que aporta, en el
plan del funcionamiento y de la orientación de la economía,
unos mecanismos de adaptación permanente de la demanda y de
la producción, y también incita a la innovación en los
productos ofertados tanto en calidad como en precio.
No obstante, se considera generalmente que la competencia
que representa una forma de organización social de las
relaciones económicas debe estar regulado por reglas
jurídicas emanadas del organismo que representa al Gobierno
de la Nación en nuestra Ciudad, Delegación del Gobierno,
quien debe adoptar las medidas oportunas para que esta
competencia sea real, legitima y en ningún caso, afecte
negativamente a los usuarios.
Por tanto, es este organismo quien debe instrumentalizar las
medidas necesarias conducentes a evitar los incidentes
ocurridos en nuestra Estación Marítima de forma inmediata.
Organismo que ha demostrado una incapacidad absoluta en la
resolución de estos problemas justificando su inacción con
la remisión de comunicados a las navieras y a los medios de
comunicación. En definitiva, urge la creación de la figura
del controlador marítimo con plenas atribuciones para
arbitrar y sancionar, in situ, las irregularidades que se
produzcan antes de la finalización de la Operación Paso del
Estrecho y evidentemente, mantenerlo durante todo el año.
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