Que dice el presidente del
gobierno, Rodríguez Zapatero, que es el único que lo puede
decir, que las elecciones generales serán en el mes de
marzo. Lo único que no ha dicho, el presidente de todos los
españoles, es el día de su celebración.
O sea que si las matemáticas no mienten, estamos a algo más
de seis meses de ir a las urnas a votar para que, de ellas,
salga el próximo gobierno que durante cuatro años nos
gobernará.
Los dos grandes partidos, PSOE y PP, son los que tiene todas
las papeletas para gobernar España. Y por supuesto, ambos
dos, tanto socialistas como populares, están convencidos de
que ganarán las próximas elecciones generales y por tanto
gobernarán el país.
Cada uno de ellos, hacen sus cuentas basándose en las
encuestas que obran en su poder. Y según el estudio
realizado, de las mismas, los dos grandes partidos creen
estar en posesión de ser los vencedores en el próximo mes de
marzo. Como decía aquel aficionado a los toros “que Dios
reparta suerte”. Claro que teniendo en cuenta que esto,
según algunos, es un país laico, no se yo a quién le puede
llegar la ayuda divina.
Gane quien gane las próximas elecciones generales, lo que
está de una claridad meridiana, es que si no saca mayoría
absoluta, va a depender muy mucho, de las decisiones que
tomen algunos partidos nacionalistas en dar su apoyo a uno u
a otros. De ellos, sólo de ellos, según inclinen la balanza
de sus preferencias, a la hora de pactar, va a depender que
gobiernen socialistas o populares.
Lo que nunca he entendido, son las razones por las cuáles un
partido que saca seiscientos mil votos, presentándose sólo
en su Comunidad, pueda formar parte del gobierno un país,
gracias a los pactos, y por encima de quienes han sacado
diez millones de votos. La verdad, pensándolo bien, esta es
la mayor incongruencia que se puede dar en una democracia,
cuando, de ella, se nos dice que es el gobierno de la
mayoría. ¿De qué mayoría nos hablan?.
El sistema electoral español está caduco y trasnochado. En
cualquier país democrático, existe lo que le llaman la
segunda vuelta, eliminando a todos esos partiditos
minoritarios que sólo prestan sus votos para sacar la mayor
tajada posible de ese pacto firmado por quienes necesiten de
ellos.
Una auténtica patata caliente para todos aquellos que
necesiten de su apoyo, desde el momento que, por las razones
que sean, no puedan darle cuanto solicitan. Empiezan a
crearles grandes problemas bajo la amenaza de nos seguir
apoyándoles.
Desde mí particular, personal e intransferible punto de
vista, habría que cambiar el sistema electoral para acabar,
de una vez por todas, con esos partiditos que, además, no se
presentan en todo el territorio nacional, sino solamente en
sus Comunidad. Con lo cual van también contra todos los
partidos que se presentan a nivel nacional.
Por razonamientos lógicos, y teniendo en cuenta que la
democracia es el gobierno de la mayoría no entiendo, en
absoluto, nada de este sistema de elecciones, que permite
que juntándose varias minorías gobiernen sobre aquellos que
sacaron la mayoría. O sea, con claridad, que permiten
gobernar a los que el pueblo no quiere.
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