La Consejería de Educación de la
Ciudad Autónoma de Ceuta destinará este año 635.000 euros
para conceder un total de 6.050 ayudas a las familias
ceutíes para la adquisición de los libros de texto y el
material escolar complementario de sus hijos en edad
escolar. Si sumásemos esa partida presupuestaria a la que
concede el Ministerio de Educación con destino a Ceuta, algo
superior, el montante total destinado por las
Administraciones públicas a subvencionar los gastos que
genera el inicio del curso escolar a las familias más
necesitadas rondaría el millón y medio de euros.
El cambio experimentado en las últimas tres décadas en la
configuración del Estado ha sido una de las características
principales de nuestro desarrollo político y social: de la
concepción del Estado como un ente único, fuertemente
centralizado, hemos pasado a una visión más plural gracias
al reconocimiento de las comunidades autónomas como
entidades vertebradoras del propio poder político.
Esta transformación ha afectado también a la Educación: las
competencias en esta materia fueron transferidas en su
totalidad a las Comunidades Autónomas y sólo las dos
Ciudades Autónomas carecen de ellas. Por ello es más
elogiable si cabe el esfuerzo presupuestario que cada año
sin excepción realiza la Consejería que dirige Mabel Deu
para facilitar el acceso a la educación sin exclusiones que
puedan achacarse a su poder adquisitivo de todos los niños y
niñas de la ciudad autónoma.
Ayer, además, Deu abrió una puerta para que en años
venideros las ayudas que conceden la Administración General
del Estado y el Ejecutivo autonómico sean aún más efectivas
y no estén sometidas a incompatibilidades que, aunque
justificadas, acaban propiciando que más de la mitad de las
becas que oferta el Ministerio se queden vacantes.
Ese plan de acción conjunta que podría hacerse realidad a
partir del próximo año académico sería una de las mejores
noticias que podrían recibir los padres y madres de alumnos
el próximo verano. Tanto el Ministerio como la Consejería
deben ponerse a trabajar para que los doce meses que restan
hasta el inicio del curso 2008/2009 no pasen en balde y sean
capaces de mejorar su coordinación y ofrecer a las familias
caballas unas ayudas más elevadas y mejor aprovechables.
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