Vecinos de la histórica calle María Salud Tejero con
confluencia con el mítico callejón del Lobo han contactado
con este medio para criticar el estado de “peligro y de
abandono” en que se encuentran dos arquetas que se
practicaron durante la culminación de un edificio de nueva
construcción en el propio callejón del Lobo.
Casi un año después del fin de las obras de ese edificio,
las dos arquetas que aparecen en la imagen son sólo “fuente
de escombros y un peligro para los viandantes quienes
debemos salir a la carretera para salvar el paso de estas
dos vergüenzas en una de las calles de la llamada zona
centro de la ciudad”, comenta uno de los antíguos vecinos de
la calle, cuya vivienda se sitúa en las tradicionales de los
Grupos Alfau que dan a la propia María Salud Tejero y que
prefiere guardar el anonimato.
“Es una vergüenza critica” el vecino. “Tuvimos que soportar
por el bien de la modernidad de la zona, la construcción de
lo que antiguamente era el Patio de la Tahona. Soportamos
ruidos, escombros, camiones... durante casi seis años. Nada
más acabar la construcción de ese edificio, justo al lado
otro y, encima cuando finalizan esas últimas obras nos dejan
con dos arquetas abandonadas, no sabemos si por Acemsa, por
la empresa de la luz, o por la propia empresa constructora
del edificio. Lo que nos parece vergonzoso -comenta
indignado- es que por aquí pasen los coches de la Policía
Local y no hagan ningún parte de lo que ven”. Comenta este
denunciante anónimo que algún vecino lo ha hecho saber a
alguna patrulla “pero seguimos sin respuesta”.
Limpieza y correos
La revalorización de la zona es evidente. Además de los
edificios de nueva construcción que han dotado al lugar de
mayor modernidad, algunos inmuebles de corte más históricos
han remozado su fachada, por lo que la zona ha quedado
francamente realzada. Algo que reconoce este vecino aunque,
recomienda a las autoridades, “un mayor interés por la
limpieza y baldeo del lugar además de multar seriamente a
quienes permiten que sus animales de compañía dejen un
reguero de heces por la calle”, lo que hemos podido
comprobar en un sencillo paseo por el lugar. Por otro lado,
la incensante actividad de Correos provoca que la
instalación de sus oficinas lleve consigo la ocupación de
varios metros de vado, lo que ha perjudicado seriamente el
aparcamiento tradicional de los residentes de la calle, “es
algo que nos ha caído como un rayo, porque aquí parece que
sólo hay espacios para construcciones y no para lugares de
uso público como algún aparcamiento. Si encima llega Correos
y se lleva más de treinta metros lineales de acera para
aparcar, pues ya me dirá...”.
Le comunicamos a este vecino, acompañado por varios más
sobre la posibilidad de contactar con la Asociación de
Vecinos del Centro, “¿esos quiénes son? -se preguntan-. por
aquí no vienen. Sólo se representan así mismos. Yo no les he
visto nunca criticar nada, ni hablar en favor de los que
vivimos en el centro. Si quisieran podrían darse un paseo
por aquí, hablar con nosotros y, de paso, se enterarían de
cuáles son las necesidades de los que aquí vivimos, a ver si
son capaces de trasladárselo a las consejerías de turno”,
comentan con desesperanza.
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