Sólo veinticuatro horas después de poner con sus respectivos
‘superiores’ los cimientos del trabajo de calle que, durante
el próximo semestre, servirá para elaborar un diagnóstico
completo e integral de la situación de todas las barriadas
de la ciudad, el subinspector de la Policía Local Manuel
Meléndez, encargado de las relaciones del Cuerpo con las
entidades sociales locales, y el vocal de Seguridad de la
Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (FPAV),
José María Romero, se pusieron ayer manos a la obra en la
sede de la misma.
Si anteayer la cumbre incluyó al superintendente Ángel Gómez
y al presidente de la FPAV, José Ramos, ayer Meléndez y
Romero se vieron a solas para trazar sobre el papel el
calendario de visitas que durante los próximos les llevará a
cada barriada para conocer “de primera mano” sus necesidades
“tanto en materia de seguridad ciudadana como de tráfico,
ordenanzas municipales y cualquier otro servicio público”.
Después, será la Consejería de Gobernación la que, con los
informes de Meléndez en la mano, transmita al resto de áreas
municipales las reivindicaciones más urgentes. “Desde que
Gómez ha vuelto a la Policía Local”, destaca Romero, “ya nos
hemos visto en dos ocasiones con él y su figura ha sido
clave para recuperar el proyecto de la Policía de Barrio,
una reivindicación histórica del movimiento vecinal que
hasta ahora, más por motivos políticos que policiales, no se
había podido satisfacer”.
De acuerdo con la ‘hoja de ruta’ trazada por Gobernación y
la FPAV al respecto, a los 9 policías que estarán destinados
a estas unidades a finales de año deberían unirse una
quincena más antes del próximo verano siempre y cuando haya
presupuesto para su contratación.
“Unir, no dividir”
¿Serán suficientes? Teniendo en cuenta que su función
residirá en “patrullar durante todo el día por el área de la
ciudad que se les encomiende” e “integrarse” en el tejido
social y comercial de las barriadas de destino, la FPAV
considera que “es un buen comienzo”.
“Cada barriada tiene unas necesidades distintas y puede ser
un buen punto de partida si tenemos en cuenta las malas
experiencias que hemos tenido anteriormente”, desgrana
Romero, que considera “fundamental” realizar un trabajo
previo con Meléndez “para tomar conciencia y detectar los
problemas concretos que tiene cada parte de la ciudad”.
Ambos coinciden también en la necesidad de “sumar” fuerzas
entre todos los agentes vinculados al ámbito de la
seguridad. “Esta es una ciudad muy particular, con una
retahíla de problemas como la frontera, la población
flotante y otros condicionantes que obliga a unir, no a
dividir”, destacan en la FPAV.
“Hace tiempo”, recuerda Romero, “que venimos realizando un
trabajo muy similar con efectivos de la Policía Nacional y
consideramos que aunque Ceuta no es una ciudad tremendamente
insegura como otras capitales de la provincia este
diagnóstico puede servir tanto a uno como a otro Cuerpo, ya
que aquí hace mucho tiempo que la Local acapara buena parte
de la carga de mantenimiento de la seguridad ciudadana de
forma cotidiana”.
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