Todos los pronósticos apuntan a lo
evidente: el fuerte crecimiento político del islamismo
moderado representado por el ‘Partido de la Justicia y el
Desarrollo’ (PJD) y el indudable “tirón” y buena imagen de
su solvente secretario general, el doctor en medicina y
psiquiatría Saâd Eddine El Othmani. Si finalmente y como
parece estas elecciones generales se celebran en un clima de
transparencia, no hay duda de que el PJD (quien sale como
favorito) jugará un destacadísimo papel en las mismas: bien
“si participamos en un gobierno fuerte y con un programa
fuerte” o, en caso contrario, “al frente de una oposición
fuerte”. Tales fueron las palabras de su secretario general
en un multitudinario mitin, delante de toda la cúpula del
partido, anteayer lunes por la tarde en el complejo “Oulfa”
de Anfa, uno de los distritos electorales de la ciudad de
Casablanca, la capital económica del país: “No había sitio,
la ciudadanía se agolpaba en las inmediaciones buscando un
hueco para entrar y poder escuchar al doctor Othmani”, me
adelantan expectantes por teléfono cualificadas fuentes de
la comisión de Exteriores del partido.
Podría decirse que, desde hace tiempo, se ha levantado en la
clase política marroquí una especie de “frente popular”
contra la alternativa islamista del PJD, al que suele
acusársele de falta de un programa económico definido. No es
esa mi percepción, bien al contrario: el PJD, que integra en
sus filas a economistas de reconocido prestigio a los que he
tenido ocasión de tratar en varias ocasiones (desde Lahcen
Daoudi, diputado por Fez y “cabeza pensante” de la cúpula
del partido al diputado tangerino Najib Boulif), ha sido uno
de los primeros partidos políticos de Marruecos en elaborar
una estudiada estrategia -con la transparencia en la gestión
como mascarón de proa- y proyectarla al exterior. Desde el
primer momento y con notable olfato político, los islamistas
moderados del PJD han sido conscientes del “exterior” como
una de las palancas del desarrollo socioeconómico de
Marruecos, presentando su alternativa con luz y taquígrafos
en los Estados Unidos, Francia y, particularmente, España,
en una planificada labor de años coordinada por su
responsable de Exteriores y ex teniente alcalde de Rabat,
Reda Benkhaldun.
En esta línea, el doctor Othmani impartía el pasado 2 de
julio una importante conferencia sobre “Marruecos y el
futuro” (copatrocinada por la UNIA, Universidad
Internacional de Andalucía) en el “campus” tetuaní de la
Universidad “Abdelmalik Essaâdi”, apenas veinticuatro horas
antes de volar a España donde participaría en un seminario
sobre la integración de Turquía en Europa celebrado en El
Escorial, además de despachar en Madrid con cualificados
representantes de primera fila del mundo financiero y de la
gran empresa. Era la tercera vez que el doctor Othmani se
encontraba en nuestro país desarrollando una apretada
agenda: “España es un país -me confío en varias ocasiones-
al que nos vincula mucho más que una buena vecindad. Tenemos
que profundizar las relaciones entre Marruecos y España,
despejando cualquier sombra de sospecha y trabajando por una
relación estable y fructífera para ambos países. España es
para nosotros una prioridad”. En este contexto, ¿cuáles son
los puntos fuertes del programa económico del PJD?; ¿hay una
alternativa “islamista” de gobierno?. Lo veremos mañana.
|