Veinticinco personas, entre bailarines de capoeira, ‘breakdancers’,
contorsionistas, magos, percusionistas, músicos y cantantes,
se han unido para dejar cientos de bocas abiertas. Las caras
de sorpresa y los gestos de desconcierto van a ser su
objetivo y esperan aumentar el grupo para captar el estupor
de la ciudadanía con sus voces, gracias, movimientos
imposibles y trucos increíbles. Su propuesta se llama
‘Garibolian’ y será la primera escuela de circo que tenga
Ceuta cuando, a mediados de 2008, entre en funcionamiento,
aunque de momento sin lona. Será una entidad sin ánimo de
lucro para enseñar a los más jóvenes cómo se hace el payaso,
qué es la tela aérea, y cuánto valen las horas de ensayo,
entre tantas cosas. Las respuestas a estas preguntas se las
darán los promotores de tan particular centro de enseñanza;
tres personas que ejercerán de profesores de la divina
comedia circense en la ciudad autónoma.
Manuel Clavijo es el mago y percusionista, Lourdes Aguilera,
la experta en acrobacias en el aire, y Agueda Blanco, la
maestra en el arte de las contorsiones. Entre sus seis
manos, y con el apoyo de David Bedia, van a materializar un
proyecto con muchas expectativas que se desarrollará entre
las paredes de un local social en la barriada O’Donnell,
pero que intentará ser cada vez más grande hasta disponer,
algún día, de una carpa de circo estable en la ciudad.
Inspirados por el arte de la célebre compañía ‘Mayumana’,
decidieron hace un año lanzarse a probar suerte. Llamaron a
muchas puertas, y aún sin contar en su repertorio con
leones, enanos o mujeres barbudas, se las abrieron. Prueba
de ello es el apoyo de la Consejería de Cultura, de Festejos
y del presidente de Ceuta, cuyos titulares participarán, el
próximo mes de octubre, en su presentación oficial en
sociedad. Y es que no están solos. De la veintena de
personas que van a participar en ‘Garibolian’, muchos de
ellos pertenecen a la asociación local de capoeira y otros
tantos son los bailarines de ‘breakdance’ que diariamente se
exhiben en la plaza de África. “Queremos llegar a dar
formación para todas las edades, pero empezaremos por los
niños. Nuestra idea es llegar a ser una compañía que
represente el arte del circo a este lado del Estrecho”,
explica Clavijo.
Para ello, aprovecharán la subvención de la Ciudad para
comprar el material acrobático aéreo, colchonetas, sistemas
de seguridad y piezas de malabares que colocarán en su
primer local social. Dentro de dos años esperan ver
materializado su proyecto de convertirse en una empresa de
difusión artística. “Queremos hacer hasta danza vertical,
pero tenemos que estar suficientemente preparados. Y, ya más
a largo plazo, tener una carpa de circo en Ceuta”, anuncia
Aguilera.
Para potenciar su innovadora propuesta circense, han
iniciado los contactos con otras escuelas de circo de otras
comunidades, como ‘Rodabola’, en Málaga, y ‘Carampa’, en
Madrid, y de otros países. El lazo más fuerte que tienen
Clavijo, Aguilera y Blanco es al otro lado del océano
Atlántico, en Argentina. La ‘Escuela de circo criollo’ ya
sabe de la existencia de ‘Garibolian’ y proyectan organizar
espectáculos conjuntos en el país sudamericano y en España
en próximos tiempos, además de recibir en Ceuta
‘masterclass’ de profesores del centro porteño.
Estomp
El embrionario proyecto del mago Garibolo -de quien surge el
nombre de la compañía- y las bailarinas Lule y Arrascapulgas
surgió de un momento de asombro tras contemplar al ‘Circo
del Sol’, en 2006, en Málaga. “Después todo fueron descargas
de internet de videos de esta compañía que es excepcional”,
dice Aguilera. Esta influencia combinada con las cabriolas
de Mayumana, Estomp (“un grupo americano de danza y
percusión”), Juan Tamariz, y la bailarinas de gimnasia
rítmica, Alina Kabaeva, y Sofía Boutella, de‘breakdance’,
hicieron el resto.
“Para aprender magia he tenido que leer muchísimo” y “para
bailar rítmica he tenido que emplear muchas horas”, explican
Clavijo y Aguilera. Esta actitud motivada es la que quieren
contagiar a los alumnos que reciban en el ‘laboratorio’ de
artistas que han creado. Por lo pronto, las clases serán
bastante completas: ‘clown’, expresión corporal, danza,
malabares, gimnasia rítmica, capoeira, ‘breakdance’, magia
“y lo que se pueda ir aportando”, augura Clavijo. Los
veintincinco de ‘Garibolian’ se pondrán pronto una gran
nariz roja para hacerse ver y ofrecer a la ciudad un
espectáculo de circo con raíz autóctona.
|