Si alguna vez hemos tenido la tentación de escribir un libro
de texto, ahora se presenta la ocasión. Todo lo que se
escriba, tendrá validez. La nueva asignatura, EpC, nos
acogerá a todos. No perdamos la ocasión, ya que el regreso a
las aulas está próximo.
Por tal motivo, no se habla de otro asunto que no esté
relacionado con la misma, que, además, estrena siglas, EpC,
arrastrando en el mercado editorial toda suerte de libros y
materiales educativos con la legítima pretensión de que los
profesores y colegios los utilicen para sus clases,
destacando algunos por su ínfimo nivel, no ya educativo,
sino cultural.
Un libro bien estructurado presenta, en primer lugar el
temario, ajustándose a la realidad, previamente consensuado,
en los contenidos básicos, y objetivos claramente definidos
y su evaluación. Los autores del libro “Educación para la
Ciudadanía. Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho” lo
han publicado en la Editorial Akal. Entre otras lindezas
escriben los autores: “Los Estados Unidos e Inglaterra
invadieron Iraq con la inestimable colaboración de nueve
millones de españoles, los votantes del Partido Popular”;
“No son partidarios del capitalismo, ni del libre mercado,
ni del triunfo del individuo respecto al resto como
consecuencia de su trabajo”; “la democracia sólo será tal
cuando gane las elecciones un auténtico partido de
izquierda”.
La controvertida asignatura ha movilizado a un grupo de
padres de Sevilla para interponer un recurso, en el Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía. El objetivo pretendido es
que dicho órgano judicial imponga medidas cautelares para
suspender el decreto de la Junta, que desarrolla la
implantación de la materia. A Sevilla se le unirá Granada y
Málaga… Para las familias los problemas finalizarían si se
tomara la decisión de convertir la asignatura en optativa.
Es importante conocer que en los países de nuestro entorno
sí que existe una asignatura denominada así, pero cumpliendo
los contenidos que interesan transmitir a los alumnos, donde
no faltan la propia Constitución del país, las Leyes de la
U.E… Por otra parte, en algunos países se estudia de forma
transversal.
Bajo mi punto de vista, si se quiere paralizar la puesta en
marcha de la asignatura, no solamente se deben implicar los
padres de manera individual. Sería conveniente que las
Asociaciones de Padres, Claustros de Profesores y Consejos
Escolares, también lo hicieran, partiendo de antemano de que
la objeción de conciencia, según nuestra Constitución, se
pueda realizar.
En algunos de nuestras Autonomías se suspende la aplicación
hasta el curso 2008-09; son los casos, de momento, de
Castilla La Mancha y Ceuta y Melilla, éstas últimas sin
competencias educativas, dependiendo directamente del
Ministerio. Pero, atención al dato: en Aragón, se amenaza a
los centros concertados con la retirada de la subvención, en
caso de que apoyen la supresión de la EPC.
En cuanto al apoyo de la EpC, importantes plumas de nuestro
país, como Rafael Sánchez Ferlosio, Martín Prieto, Delgado-Gal,
Alonso de los Ríos… rechazan totalmente la asignatura. Es
deseable, pues, un pacto escolar y no una imposición. Y de
no ser así, debemos animarnos a escribir nuestro libro. Con
toda sinceridad, será aceptado…
|