A cada instante, muchos de los periodista, que por su edad,
no pudieron ver jugar, al no haber nacido ellos, a Alfredo
Di Stefano, a Kubala, a Pelé, a Eusebio o a Puskas, sueltan
como una especie de slogam que Maradona ha sido el mejor.
Los tiempos eran distintos cuando jugaban los grandes
futbolistas que he citado y el momento en el que jugó
Maradona, por lo que comparar al “Pelusa” con Kubala sería
imposible. Particularmente pienso, lo vi jugar muchas veces,
pero también vi a Di Stefano, muchas más, y a Luis Suárez,
que Maradona no ha sido el mejor y es posible que no se
llegara a superar a sí mismo, porque su carrera deportiva
estuvo mezclada con constantes tormentas de escándalos,
especialmente, motivadas por su adicción a la droga.
Ya desde ese punto, Maradona sobra para mí, a pesar de su
calidad, que no le voy a negar, con el balón en los pies.
Los últimos diez años, Diego Armando ha ido dando bandazos
de una parte hacia otra, pasando de perder aquellas gorduras
artificiales, a volver a estar casi en condiciones de jugar,
y moviéndose por el mundo de la política en aquel lugar que
más podía llamar la atención, para recuperar así, en ciertos
sectores, el prestigio y la dignidad que ha perdido por no
haber sabido guardar y proteger su imagen de gran
deportista.
Y como el que ha tenido fama no puede verse privado de ella,
por sus andanzas extraviadas, ahí nos encontramos a Diego
Armando Maradona “tuteándose” con lo más “granado” de la
política hispano americana, primero con el dictador Castro,
con el que además de compartir “ mesa y mantel”, compartía
“alucinaciones” sobre un mundo mejor, tomando como punto de
referencia el régimen de Fidel.
Esta es una demagogia barata que se puede contrarrestar con
hacerle una pregunta al “Pelusa” sobre si conoce a muchos
cubanos que se hayan permitido el lujo y el despilfarro que
se permitió él cuando contrajo matrimonio.
Maradona se pudo permitir ese lujo, porque había ganado
dinero, mucho, en España y en Italia, cuyos sistemas
políticos en nada se parecían o se parecen, afortunadamente,
con el del dictador cubano.
Y como decíamos antes, él siempre aparece, de diez años a
esta parte, con lo que más sobresale en la política del
continente sudamericano, por eso ahora nos lo encontramos
con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ¡¡Vaya joya!!,
con el que defiende la política venezolana ante la
administración de Bush.
Su frase antológica, la de Maradona, es:” odio todo lo que
venga de EEUU”. Particularmente nada tengo que agradecer a
todo lo relativo a EEUU y nada me atrae todo lo relativo a
los EEUU y al propio Bush, pero, claro, comparar lo
americano de los EEUU, ahora mismo, con Venezuela es estar
tratando de hacer la prueba del siete sin conocer los
números.
Y hay que recordarle al exfutbolista, gran futbolista, sin
lugar a dudas, que él, que se declara rebelde, pocas
excentricidades de las suyas podría llevar a cabo en un
sistema como el de Chávez.
El que predica tanto, lo que no sé como interpretará la
confirmación de Chávez sobre la compra de fusiles por si hay
una “guerra de guerrillas” contra EEUU. Que yo sepa, esto no
va tono con el mundo del deporte y con la buena disposición
para la paz.
Lo más lamentable de Maradona, un mal ejemplo para la
juventud, sea deportista o no, es que una gran parte de su
vida es espectáculo puro, tal como aparecía en su programa
emitido en Argentina bajo el título “ La noche del 10”, y
así, también, ha quedado reflejado en el programa: “ Aló
presidente”, que, para más INRI, presenta el propio Chávez.
Visto esto y analizándolo con profundidad, la pareja puede
formar el mejor show que anime a parte del cono sur
americano, pero que desagradará a la gente sensata a la que
le gusta el mundo serio y equilibrado.
Cuando se manifiesta a favor de Castro y de Hugo Chávez
dice:” nosotros tenemos que apoyarlos, porque son los
defensores de nuestra tierra, de nuestros intereses,
acechados por el imperio norteamericano”. Uno tiene que
contar hasta diez, en voz baja para no soltar un exabrupto
fuerte a este majadero.
Y uno tiene que decir en voz alta:” Si la defensa de los
intereses de Argentina corre de la mano de Castro, o de lo
que de él quede, y de Hugo Chávez, mal muy mal está
Argentina, pero le espera un futuro mucho peor aun.
Y es que no cabe la menor duda de que es un mal síntoma de
buscar la paz, cuando el presidente de Venezuela dijo que
desea instalar islas artificiales en la llamada “zona
económica exclusiva” de su país en el mar Caribe “para
resguardar la seguridad y soberanía del espacio marítimo
nacional”.
Me hubiera gustado, hoy que está comenzando la liga 2007 –
2008 hablar de Maradona en otros términos, pero él que como
futbolista fue grande, aunque los hubo más grandes, como
deportista un mal ejemplo, ahora como aprendiz de político o
de presentador no merece la pena hacerle más publicidad.
Pobre hombre, lo que podía ser y lo que ha llegado a hacer y
a decir.
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