Unos dos kilómetros antes de
llegar a Rincón, en el llamado con el bonito nombre de
“Pueblo de pescadores”, en la parte de Holiday, se encuentra
situada la casa veraniega del rey de Marruecos, a pie de
carretera y de la hermosa playa de arena rubia-fina dorada
al sol.
Mohamed VI pasa sus últimos días de descanso del verano
2007. A finales de este mes que se agota en sus días y en
sus calores, regresará a Rabat capital del reino.
Rabat es a Marruecos lo que Madrid a España: los centros,
los ejes, de las decisiones políticas.
Precisamente el pasado martes celebró su fiesta de
aniversario. Junto a la puerta principal de su chalet, no
demasiado ostensible, sin excesiva pompa, vivienda de recreo
familiar que recuerdo desde hace muchos años, se situaban
varios autocares repletos con los integrantes de grupos de
folclore con los que animó la “fiesta”, junto a los
ciudadanos de las poblaciones colindantes de Rincón y
Tetuán. Asimismo, el espectacular grupo de motos blancas y
sus motoristas, esperaban el momento de la salida del
monarca. El variopinto color pone nota de tradición y
alegría en el paisaje.
Ya tiene 44 años. Felicidades.
¿Por qué no sería posible tener algún tipo de relación, al
menos de cortesía, con un rey con residencia veraniega a
escasos kilómetros de Ceuta?
¿Sería una opción descabellada? ¿Se ha pensado en ello
alguna vez? ¿Por qué razón las autoridades de Gibraltar sí
pueden compartir trato de cordialidad con las del Campo de
Gibraltar? ¿Es qué Ceuta no tiene derecho a tener
protagonismo en el contexto que nos afecta? ¿Otros
presidentes, por poner ejemplos, como el de la Junta de
Andalucía, o el de Cataluña, sí pueden hacer “política
internacional” con Marruecos? ¿Cómo se mide la “altura” de
nuestra política local? ¿En el “centro” del ombligo de
nuestra comunidad de bolsillo descosido?
¿Por qué cuando se nos ignora, se nos margina, en reuniones
entre Madrid y Rabat, en asuntos que son de nuestra
preocupación, no se nos moviliza para manifestarnos tantas
veces como las que sean necesarias, en lugar de expresar
tímidas quejas de plañideras?
¿Por cuál motivo unos determinados personajes, en ocasiones
son tres, en otras son dos, aparecen en la televisión
pública marroquí como “representantes”(¿) de un determinado
colectivo ceutí, en los actos públicos del monarca?
Aparece también despachando amigablemente con Mohamed VI en
la televisión marroquí. Tratado como un hombre de Estado,
creo que tiene casa en Asila, y se desplaza con carácter
oficial. Da la impresión, aparece en la televisión, como un
asesor-amigo del rey. ¿Es qué el ex presidente del Gobierno,
Felipe González, no estaría por la labor de mediar por un
pueblo de su país necesitado de toda ayuda?
Ver al rey alauita conduciendo de forma acelerada, por
motivos de seguridad personal, su Mercedes Kompressor
descapotable, se ha convertido en una estampa habitual en
los veranos de Tetuán. Su presencia estival ha impulsado
todo esta zona de forma acelerada y provechosa.
Un auge beneficioso que los ceutíes podemos rentabilizar
pese a que, una vez más, hayamos perdido el “motor” del
desarrollo interno.
De cara a Algeciras, y de cara a nuestra vecina zona, nos
hemos puesto en el furgón de cola.
BAÑOS DE MAR CASI EN CEUTA
A diferencia de su padre, Hassan II, volcado por la zona sur
del país, el joven rey marroquí se baña todos los veranos a
tan sólo 15 kilómetros de Ceuta.
De ahí que la zona más deprimida del deprimido Marruecos, se
haya convertido en preferente en la política de actuaciones
de desarrollo del país vecino.
Mohamed VI sí tiene agenda.
BAÑOS DE MAR EN PALMA
Por su parte, el rey de España, en sus veranos de Palma de
Mallorca, desplaza, asimismo, a un séquito numeroso. La isla
balear cuenta en estas fechas con una entrada económica
extra considerable.
Juan Carlos I no tiene agenda.
Por mi parte, me permito llamar a la barriada con su
arraigado nombre popular de la “Pantera Rosa”.
Escribe Antonio Fuentes, de la Cadena Ser en Barcelona, que
la no visita del monarca a Ceuta es algo así como cuando se
invita a alguien a venir a casa. Si no lo desea, por la
razón que fuere, opina Fuentes, no hay que insistir más.
Disiento de tal opinión.
No se trata, desde mi punto de vista, de un puntual
visitante en calidad de amigo. Su condición de Jefe de
Estado, le obliga como empleado nuestro, a visitar esta
tierra.
En la empresa privada cuando un trabajador no cumple con sus
obligaciones, se le despide tras las tres faltas leves,
motivando la sanción laboral grave.
No creo que exista otro pueblo que haya sido golpeado por la
policía por manifestarse por las calles de la ciudad
gritando: “¡Ceuta es España!”.
Tal prueba de patriotismo no se corresponde con el trato.
Pero no siempre existieron problemas de agenda.
PRINCIPES
El 20 de septiembre de 1970, siendo a la sazón alcalde de
Ceuta, José Zurrón Rodríguez, los entonces Príncipes de
España visitaron nuestra ciudad para celebrar el 50
aniversario de la Fundación de la Legión.
Con tal motivo, la Princesa Sofía, entregó una bandera a
dicho Cuerpo en su acuertelamiento, Tercio Duque de Alba II,
carretera Serrallo, de García Aldave . Cinco años más tarde,
en noviembre, muere Franco.
Una vez más Ceuta como trampolín.
Al año 1933 se remonta el dato histórico de la última visita
a Ceuta de un Jefe de Estado: Niceto Alcalá-Zamora,
presidente de la II República española. Por su parte, el
último rey que vino a Ceuta fue Alfonso XIII, acompañado de
su mujer, se produjo el 5 de octubre de 1927.
MONEDA DE CAMBIO
Pero, si el problema fuera tan sólo la adquisición de la
susodicha agendilla, puede que los ceutíes remediáramos tan
grave carencia de herramienta de trabajo.
El problema es otro. Pasa más bien por la evidencia de que
Ceuta es una posible moneda de cambio, según convenga por
las circunstancias.
Claro que a cambistas no debería darnos nadie clase.
Cualquiera es el guapo, por mucho “mono” que pueda ser uno,
de llevarle la contraria a ese popular personaje asentado en
la vía pública, frente a una de las entradas del Mercado de
Abastos, con su correspondiente gorra publicitaria del
partido de la derecha.
Hombre “ popular” de adopción, con corazón lleno de válvulas
y de nostalgia, y un documento nacional de identidad de
imitación, de tamaño de esos grandes de antes, con la foto y
emblemas del líder de la dictadura, que guarda como oro en
paño en uno de los bolsillos interiores de su chaqueta
“cambiada”.
Personaje simpático donde los haya, que se busca la vida
como puede, sin robarle ni molestar a nadie, al que aprecio,
y al que nadie puede engañar en el cambio de moneda. De
euros a dirhams, o viceversa.
Ceuta es una moneda de cambio en la medida que los ceutíes
lo permitimos. En la medida de que nuestros valores de
conciencia cotizan hipotéticamente en la Bolsa, a la baja.
En mi visita como director del “barco de papel” hundido, al
Palacio de la Zarzuela, le mostré públicamente al rey una
portada en la que figuraba su foto con la siguiente leyenda:
“Palabras no; hechos si”.
En la hemeroteca enterrada constará, si es que consta el
recuerdo de lo que no conviene recordar, este bonito
episodio de mi “carrera” profesional al frente de mi “barco
de papel”.
El rey de los españoles, de “todos” menos, es mi opinión, de
los que no tenemos “fortuna”, se interesó vivamente por mi
primera página. El tiempo ha demostrado que se quedó con el
primer apartado del titular: “palabras”.
EL VIENTO SOPLA
Las mismas que se llevan los vientos. Los de poniente y los
de levante. Los de temporal, también.
El rey de los españoles, de “todos” menos, vuelve a ser mi
opinión subjetiva, de los que no tenemos “fortuna”, se quedó
en las palabras faltando al mandato constitucional que le
obliga a ejercer como tal: Jefe de Estado.
Este “perro con pulgas” que vagabundea con sus parásitos de
sangre “roja”, se queda con el popular nombre de la
barriada, tomado a pie de calle.
La verdad, no estoy en estos precisos momentos para ponerme,
en la soledad de la compra, a hacer regalos. Aunque sea el
de una insignificante agenda real.
Sea a su precio “real”, o al de a duros, de esos de a cinco
pesetas entrañables de las de antes, de las mías. Antes del
“cambio” para pobre de solemnidad.
Y es que España habrá entrado, eso dicen, en Europa, pero
este “mono guapo, desde dicho ingreso en la Comunidad, está
más alejado que nunca hasta de la Península.
Lo he referido en mis cariñosos artículos pero no puedo
remediar hacer referencia a ella cada vez que me sale a
colación el tema.
Mi querida hermana, Mari Luz, muerta a sus 56 años, de
tristeza, me refería un comentario que no logro apartar de
mi cabeza llenita de pajaritos:
-Tato – me decía mi hermana- con la peseta no llegaba a
final de mes; con el euro no llego a la primera semana.
No me voy a referir al que ocupa escaño en el Ayuntamiento.
Faltó tiempo en declarar persona non grata a Mohamed Alí.
Coraje para pedirle al presidente del Gobierno, José Luís
Rodríguez Zapatero, su visita a Ceuta.
Y la exigencia al monarca ¿para cuándo?
Exigencia no es sinónimo de conveniencia.
Sería deseable, ahora sí, saber a qué atenernos. Está la
independencia. Está cercano un rey que me salpica agua de
mar en sus baños mediterráneos junto a mi pueblo sobre el
que no deja de mostrar su “cariño”, en contraste.
Si todos los marroquíes terminaran marchando a Europa, en
uno de mis tránsitos por su residencia de verano, puede que
me detenga y me ofrezca como súbdito. Nos haríamos un favor
mutuo.
Si una monarquía no tiene razón de ser sin súbditos. Si los
súbditos no tienen forma de convertirse en una dinastía sin
un rey, pues ambos ganaríamos en el trato.
Prefiero, puestos a servir, a quien “pretende” a mi pueblo,
y así se expresa en cada ocasión que tiene oportunidad.
Bueno, a fuerza de ser sincero, me inclino por la
independencia. Ni contigo ni sin ti.
¿Sabían ustedes que allá por los años 80 un grupo de
personas de Ceuta diseñaron un plan en el sentido
anteriormente apuntado? En dicho grupo no había ningún
integrante de origen marroquí. Se extinguió con rapidez la
llama del movimiento independista pero, de existir, existió.
Así quedara en las meras ideas.
¿Sabían ustedes que pese a la proliferación de medios de
comunicación locales, en las pasadas elecciones municipales,
“faltó” la presencia de “otro” periódico que iba a aparecer
en la ciudad en fechas anteriores a la celebración de los
comicios?
¿Quieren más datos? Otro domingo, domingueros.
SOLEDAD COMPARTIDA
De no ser posible en Ceuta, me encantaría vivir mi soledad
compartida en la isla del Perejil, abandonada por los
piratas desde el día que las cabras se cabrearan por tanto
chupeteo de su fresca leche.
Se dice que el hombre cuanto más tiempo pasa junto a sus
semejantes, más quiere a su perro.
En mi caso, ocurre que cuanto más conozco la política que
nos “venden” a “cambio” de una democracia que en Ceuta se
hundió con mi “barco de papel”, más deseo llamar a la puerta
de la preciosa cueva de la isla.
En plan Ali Baba aunque sea sin ladrones pues los muy
pícaros no buscan ya refugios sin botines. Se bebían la
leche y serían muy capaces de mirar mi dentadura por si
tuviera algún postizo de oro. Prefiero que los piratas no
estén por los alrededores. Bastante tengo ya. Más saqueos…
no, gracias. Necesito ir descansando. Así me lo demandan mis
“pulgas”, mi “mono”, mi “terrorismo moral”, mi “barco de
papel” hundido, y hasta mis nuevas puñeteras enfermedades
que también desean acabar con mi sentido crítico en una
democracia local sin necesidad de más sentidos que los 5 de
siempre, los normales, los de toda la vida, los únicos que
debemos tener como gente “normal”.
Tan grande, como digo, fue el malestar de las cabras del
Perejil por el malvado comportamiento de los piratas, que
hasta las ballenas se solidarizaron con ellas dejando desde
entonces de lucir en los cuellos de las camisas, en señal de
protesta entre mamíferos sentimentales; los agustinos eso me
enseñaron, nos instruyeron, a los antiguos alumnos, con su
particular forma de educar. Eruditos y magistrales
profesores del arte de que la letra de la enseñanza a golpe
de palos entra con un dolor que no se olvida, pese al
transcurrir de los años.
NUEVAS COMUNICACIONES
Nada más pasar la Casa Real de verano de Mohamed VI, a la
derecha, en dirección del pantano, está el desvío hacia la
nueva autopista. En unos cinco minutos se llega ahora a
Tetuán desde Rincón. Recién inaugurada, ha sido gratis su
recorrido hasta el próximo mes de septiembre en el que se
pagará cuota de peaje.
A diferencia de las autopistas españolas, las marroquíes
cobra cantidades irrisorias. El tramo Rincón-Tetuán ha sido
el primero de los que se irán incorporando. En el plazo
máximo de dos años Marruecos estará intercomunicada casi en
su totalidad.
Se podrá ir a Tetuán y Tánger, en tiempos record.
EL NUEVO RETO
Pero, ¿cómo afectará estas nuevas comunicaciones a Ceuta?
Mientras tengo mis fundados temores sobre que la incidencia
del gigantesco puerto de Dalia, a menos de 20 kilómetros por
detrás de Benzú Smir, camino de Tánger, se comporte como un
posible “estrangulador” respecto del puerto ceutí, a no ser
que se adopten medidas urgentes correctoras del impacto. Por
el contrario, las nuevas comunicaciones deberán suponer una
nueva etapa en las relaciones bilaterales entre esta ciudad
y nuestros vecinos.
De saber aprovechar Ceuta este nuevo y verdadero “pasillo”
de comunicación, veremos con agrado de necesidad que el
comercio local “viva” un positivo auge.
Otros comercios se verán con planteamientos de “cambios” de
actividad, nada nuevo por otra parte, ante la salida masiva
de los ceutíes a hacer compras tras la frontera de El
Tarajal.
Los ajustes y reajustes comerciales no son cosa nueva.
Existió el mono cultivo del bazar; el turismo del paraguayo
(con sus paraguas y quesos); la economía de “guerra” de los
soldaditos españoles que llenaban los bares a la búsqueda de
bocadillos y de novias ceutíes; el contrabando “salvaje; el
pequeño contrabandeo…
Si la adaptación comercial en la actividad en cada momento,
es posible...porque los hechos de los “cambios” están ahí.
Que no tanto la reinversión.
Podría remontarme, por otro lado, a aquellos comercios
perdidos en el tiempo de los años pasados sobre los que
tendré que preguntar, con mi titulación “mojada” de facultad
y de parado (¡vaya currículum!), a la bella durmiente, antes
de morirse de amor aburrido por desengañado, y de sueño por
culpa de las malditas moscas africanas.
Sin olvidarme tampoco, claro está, de entrevistar al
Neardental una vez que se le pase el cabreo por tantas
expectativas incumplidas “sobre el terreno”.
Ahora, las nuevas comunicaciones terrestres, puede que nos
abran nuevas puertas comerciales y de todo tipo.
De siempre una buena comunicación ha sido el primer paso
para potenciar los desarrollos económicos, sociales, y
culturales de cualquier población.
Esta nueva posibilidad que se nos brinda cuenta, no
obstante, con un viejo y gran problema. Las respectivas
aduanas, la española y marroquí, han sido y son, un “cuello
de botella” que necesita de una urgente solución.
Una solución que pasa por un entendimiento mutuo. Ceuta
necesita de Marruecos. Pero, Marruecos, en la zona
circundante, sigue también necesitada del flujo económico
que proyectamos.
Mohamed VI, lo sabe. Nosotros, también.
Con tal conocimiento, una política seria de vecindad
encaminada a la colaboración y participación social y
cultural, se podría llegar a un encuentro mutuo, un espacio
compartido, de nuevas “comunicaciones”, sin necesidad de que
nadie se tenga que bajar los pantalones, ni ninguna prenda
de vestir o desnudar.
Una relación de vecindad inspirada en el respeto limando
diferencias y particularidades.
Si es mejor llevarse bien que mal; hacer la paz que la
guerra innecesaria; evitar las tensiones y pleitos; Ceuta y
Mohamed VI, podrían darse la mano.
En señal de una “nueva comunicación”. Que no así de ese
planteamiento erróneo de “condena” en el entendimiento.
Bueno, domingueros, el 600 espera con impaciencia a que le
eche gasolina para correr despacio por la nueva autopista de
Rincón-Tetuán. Tardaremos más de 5 minutos pero, no importa.
Llegaremos como cuenta la fábula de la tortuga. Que mi
inseparable compañera toque madera.
Cosas de las agendas reales que se escriben, o no, con tinta
“azul” de soberanos.
¿Cómo pasarán los domingos los reyes? ¿Cómo el común de los
mortales? Vaya usted a saber.
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