Digo yo, porque el pulpo de
Fonsagrada (en “La Parrilla” o en “El Caldeira”) está de
carallo. Estoy preparando el equipo para despedirme de la
zona vivaqueando bajo las estrellas, por lo que apenas les
puedo contar más: son las 7 de la mañana del viernes y me
dispongo a largar la columna ahora mismo. Por lo que sé,
mañana sábado (ayer para ustedes) el Presidente Zapatero
viajará hasta la villa lucense situada en la montaña, en el
antiguo camino de Santiago (el auténtico, que pasaba por la
capital de Asturias: “Quien va a Santiago y no al Salvador
-iglesia ovetense- adora al Criado y desprecia al Señor”)
donde almorzará con el alcalde de la localidad, el
Presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño y el
secretario de organización del PSOE, el también gallego
“Pepiño” Blanco y donde seguro que protagonizará algún
discurso político en la sobremesa comentando, por ejemplo,
el último atentado de la banda terrorista ETA. ¡”Probre
Presi”!, eso no son vacaciones ni son “ná”, si lo sabré yo.
Vacaciones es mandarlo todo al carajo por unos días y a
disfrutar de la vida, que como “diz” mi amigo Manolón “en
verano está buena hasta la mujer de uno”. Pues eso y a
gozarla con Sonsoles “Presi”, que “tovía ye” una moza
aparentosa. Un matiz: Zapatero veranea en los confines
occidentales de Asturias, pero despacha “políticamente” con
nuestros primos-hermanos gallegos (por cierto, ¿quiénes
hacen de “primos” y quiénes de hermanos)… ¿No parece esa
actitud una sutil forma de rendirle pleitesía al
expansionismo nacionalista gallego?. Yo no digo nada, pero
si el “Presi” está en Asturias y al final no encuentra un
hueco para saludar al Presidente del Principado, “Tinín”
Areces… pues no sé. ¿Qué les parece a ustedes?.
Me constan por otro lado sugerencias y guiños para que el
Presidente de todos los españoles, José Luis Rodríguez
Zapatero, se acerque (va a estar al lado, apenas unos
kilómetros a la izquierda del cruce de Barbeitos viniendo de
Los Oscos) hasta el puerto de el Acebo (sugiero para el
lector despistado la columna del pasado miércoles 22:
“Zapatero y la chaqueta del comandante Moreno”) donde en
octubre de 1937 fueron fusilados el comandante José Moreno
Torres (no sin antes ser salvajemente torturado) y unos
quince de sus hombres, destacados militantes de la CNT
gallega integrados en el “Batallón Galicia”, en retirada a
su tierra tras la toma de Oviedo por los nacionalistas de
Franco. La fosa con sus restos se encuentra en el kilómetro
15 de carretera AS-28, en las cercanías de Grandas de Salime.
En puridad con todas las matanzas a uno y otro lado del
fraticida frente de batalla, supongo que José Luis Rodríguez
Zapatero, Presidente de todos los españoles, comparta el
próximo mes de octubre en el Vaticano los actos de
beatificación de los centenares de sacerdotes y religiosos
(una considerable parte de ellos gallegos, como el
comandante Moreno) asesinados en la zona bajo teórico
control de la II República. Acabemos de una vez por todas
con esta lúgubre historia, recuperemos la memoria histórica
del conjunto de lo sucedido y encardinemos España en el
siglo XXI, cerrando las dolorosas heridas del pasado. Creo
sinceramente que los restos de los muertos, de todos los
muertos, merecen ser rescatados, enterrados dignamente y
descansar finalmente en paz.
Ciertamente aquellos tiempos también fueron duros en Los
Oscos, pese a que la zona se libró de los combates. En Santa
Eulalia sobrevive “El muro de la vergüenza”, levantado con
una leva de trabajos forzados por obra y gracia de un
impresentable alcalde, “Don Antonio”; dos vecinos (de Nonide
y Barcia) fueron fusilados en Lugo y en los robledales de
“El Santín”, en La Bobia, un labriego de Brañavara murió
tras una atroz agonía mientras sus infames asesinos (algunos
de Santalla) merendaban a la sombra del árbol: “Toma un
hueso, perro y come si puedes”. ¿Le habrán contado estas
historias a Rodríguez Zapatero?. Ya me enteraré.
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