|
La aglomeración de actividades en
torno al comercio es el origen de vida urbana. Donde hay
comercio hay vida social, turismo, industrias,
residencias... Esta actividad económica ha sido desde hace
décadas clave de la vida ceutí y de su desarrollo económico,
pero en los últimos años la crisis que padece el sector ha
abierto un periodo de reflexión sobre qué modelo conviene
más a la ciudad autónoma.
Los mercados de abastos deben jugar un papel protagonista en
Ceuta alrededor de tres ideas fundamentales: la proximidad
como factor económico y sociológico; la revitalización de la
ciudad en términos comerciales y la apuesta clara y decidida
por un entorno de innovación y un comercio de calidad.
Los mercados de abastos, como reconocen sus comerciantes,
tienen una clara orientación competitiva en torno a la
proximidad como un valor en alza en contraposición al modelo
de comercio periférico que se ha establecido ya en las
grandes ciudades españolas y que se va introduciendo poco a
poco en la ciudad (no hay más que ver la proliferación de
medianas y grandes superficies en el área del puerto y, por
supuesto, Parque Ceuta).
Si, como han dicho los teóricos del asunto, “las ciudades
son hijas del comercio”, la Administración ceutí debe ser
conscientes de que el ciclo de vida del nuevo centro urbano
que se está articulando a través del proceso de remodelación
del Paseo del Revellín y la calle Real está íntimamente
ligado a la proyección económica y comercial que se dé desde
el nuevo planeamiento urbanístico.
Será necesario que, además del establecimiento de
superficies comerciales al uso, los establecimientos típicos
de los mercados de abastos, tanto en la calle Real como el
actual de la plaza de la Constitución, encuentren un acomodo
destacado en el nuevo PGOU. No sólo para garantizar la
supervivencia de su actividad económica y la conservación de
los puestos de trabajo que mantienen, sino para mantener el
centro de la ciudad vivo y activo y que no se convierta en
un ‘centro dormitorio’ que aumente, además, la intensidad
del tráfico rodado.
|
OPINIÓN / EDITORIAL
