PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - SÁBADO, 25 DE AGOSTO DE 2007

 
OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Resistir en Ceuta

Por Quim Sarriá


La ciudad tarda bastante en despertarse, no así la gente mora que ofrece la visión y la impresión de que estoy en una ciudad marroquí, y a las 7 de la mañana, hora en que acostumbro a estar más despierto y vivaz que nunca, ofrece un espectáculo cercano a una ciudad fantasma, donde la aparición de cualquier persona implica un pequeño susto, como alguna que otra alma arrastrando sus penas por el asfalto.

No sé qué voy a hacer hoy como no sea matar el tiempo tostándome en plan gambón a la plancha ante el tórrido sol que luce gallardo estos días y que me recuerda aquellos tiempos (de Maricastaña si quieren) en que iba feliz a la playa un día sí y otro también. Tiempos que no volverán y que impone una condición muy dura en el ánimo de uno, sin poder hacer efectivo el volver a empezar. Aquellos tiempos en que pandillas de familiares (la mía es una familia enorme, tanto por parte de los Sarria como por parte de los Lara y a decir verdad no conozco a los de la tercera generación, que para el día de hoy creo que será un ejército) nos juntábamos para bañarnos, principalmente en la playa del Sarchal, a donde teníamos que ir cada vez que jugábamos al fútbol en la carretera del Recinto y un puntapié mal dado mandaba la pelota (que a veces era de trapo) al fondo del precipicio. Precipicio que bajábamos sin precauciones y a la velocidad del rayo. Hoy en día ni me atrevo a asomarme.

Ayer me invitaron, una familia amiga, a cenar en su casa y tuve la ocasión de comprobar personalmente lo mal que lleva la Ciudad el tema de la vivienda. He estado más de treinta años dedicados a la planificación y proyección de todo tipo de construcciones (principalmente ingeniería civil) y ello significa que tengo que conocer la normativa por la que se rige éste tipo de profesión. Pues bien, lo que vi en la casa de mis amigos superaba, con mucho, mis expectativas negativas sobre la vivienda en Ceuta y la permisividad de nuestras autoridades para con la misma.

Creo, porque así lo imponen las leyes y normas sobre viviendas (al menos en Cataluña), que no se puede permitir la existencia de dependencias habitables sin ningún tipo de apertura al exterior que haga efectiva una de las máximas del ecosistema: el cambio de aire viciado. Obligatorio para toda estancia habitable. La habitación de la casa de mis amigos carece del mínimo indispensable para ser considerada vivienda y más aún cuando esa habitación es para los niños por no poder disponer de otra. Ignoro si la vivienda en cuestión posee o no la cédula de habitabilidad, condición indispensable para ser vendida o alquilada como vivienda, extendida por el Ayuntamiento de la ciudad. Si se carece de ella, el propietario está obligado a rescindir el contrato, con devolución de todo lo invertido por el inquilino o comprador y además debe buscarle un alojamiento en igualdad de condiciones. No se puede dejar en la calle a quién engaña fraudulentamente en su afán por obtener réditos de manera ilegal. La verdad es que la pseudo-vivienda de mis amigos es más bien un garaje o local comercial habilitado como vivienda. No entiendo cómo las autoridades de Urbanismo toleran semejantes aberraciones dignas de pueblos del tercer mundo. Como no sea que están en espera de un momento álgido en sus labores políticas para tomar el portante y quitarse de encima miles y miles de problemas.

Que el propietario sea musulmán es lo de menos, que se arriende esa clase de pseudo-vivienda mediante contrato legal con la intermediación de una agencia inmobiliaria ya es el colmo de la desfachatez. Si la agencia no comprueba el “género” con el que comercia es tan culpable como el propietario, por no exigir la correspondiente cédula de habitabilidad.

Mi amigo anda desesperado con el problema de la vivienda y eso que encima de la suya hay pisos vacios por alquilar o vender. Las condiciones de vida son pasables, pero el precio está fuera de su alcance y no guarda relación con la calidad. Con ello, las condiciones se vuelven malas y la calidad de vida empeora al ser destinado la mayor parte de su sueldo en disponer de un techo donde cobijar a su familia. Menudos ánimos dan las autoridades para que la población española crezca.

No nos puede extrañar que la nueva disposición de subvencionar 2.500 euros por hijo nacido después del 3 de junio produzca un efecto llamada hacia la población musulmana (famosa por su sistema de reproducción al natural), y por concatenación de sucesos, pase a convertirse en un efecto llamada internacional con los consiguientes problemas relacionados con el incremento de la inmigración de familias enteras con mujeres en estado de gestación y vernos inundados de niños musulmanes con 2.500 euros bajo el brazo. Tentación irresistible para gentes que no han visto en su vida un billete de 100 euros. La barriada del Príncipe quedará pequeña y las necesidades de la población se desplazará, a paso de tortuga, hacia el centro de la ciudad. No me extrañaría, asimismo, que Ceuta esté copada por 74.000 musulmanes como asegura el imán de Sidi Embarek y con ello desplazar a la población de otros credos confesionales a la península y, con el tiempo, ir desapareciendo del panorama demográfico español, dada la nula efectividad reproductora que padecemos.

Negar la evidencia es seguir el juego del avestruz: salvará la cabeza pero no el resto del cuerpo.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto