Jesús Carretero, día 25 de agosto,
el esquinazo
Parece que es la fecha que más agrada al Gobierno para las
próximas elecciones generales. Y he dicho parece, porque
todavía no está descartado que fueran el 28- O, una fecha,
por otra parte, de grato recuerdo para el PSOE, porque fue
la fecha esa de 1982, cuando Felipe González, con el slogam
“ Por el cambio” arrasó y se hizo con el triunfo,
desbancando y arruinando, para siempre, a la UCD que había
llevado la mayor parte del peso en la transición.
De todas formas y como queremos seguir siendo “creyentes” a
lo que nos diga el presidente del Gobierno, vamos a aceptar
ese 9-M, o 9 de marzo, como el día en el que vamos a estar
convocados a las urnas, para elegir un nuevo Parlamento, que
a su vez elija al siguiente presidente del Gobierno.
Y aquí debemos dejar muy claro que lo que en estas
elecciones se eligen son los miembros que formarán el
Congreso y el Senado para una legislatura más. Son
elecciones a Cortes, no elecciones a la presidencia del
Gobierno, porque al presidente del Gobierno lo propone el
Rey, tras consultar con los distintos grupos parlamen tarios,
una vez que se han celebrado las elecciones generales. Luego
ya, los parlamentarios votan o rechazan al propuesto por el
Rey. Sin más.
Y digo esto, porque, siempre, la publicidad de la elecciones
generales es engañosa, y más de uno se deja llevar por los
carteles anunciadores en los que suele aparecer como primer
espada el que será número uno por Madrid, aunque esos
carteles estén colocados en Ceuta, Ciudad Real o Ávila.
En España, por ahora, los votantes no son los que eligen al
que será presidente del Gobierno, en España se elige a los
representantes de todos los españoles, provincia por
provincia, en el Congreso y en el Senado, para que en su
día, tras las consultas de S.M., en el Congreso elijan al
presidente del Gobierno.
Hasta aquí lo puramente técnico.
Y en cuanto a la fecha, se nos dice, “es probable que sea el
9 de marzo, pero aún no es seguro”. Esto es lo de siempre,
el Gobierno, sea del tinte que sea, tiene que buscar la
fecha que le sea más propicia, para, así, intentar revalidar
su mayoría.
Dicen que con el 9 de marzo se evita el aniversario del
11-M. En el PSOE parece que intentan llevar la campaña a un
terreno, cuando menos, engañoso: “Logros y propuestas”. Ya
veremos como se enfoca porque los logros no han brillado
demasiado y las propuestas fuera del discutido “catecismo”,
que ya veremos cuando empieza a funcionar, no parecen
tampoco muy interesantes, salvo que nos muestren algo en los
próximos meses, como ya hace un mes anuncié en esta misma
columna.
Lo que sí ocupa, preocupa y hace dudar sobre la fecha es la
matanza de Atocha, hasta tal punto que en algún momento se
pensó en celebrar esa fecha, 4º aniversario, incluso antes
de comenzar la campaña electoral. De haber sido así,
Zapatero sería de los presidentes que ha habido hasta ahora
desde la transición, el que más habría hecho durar una
legislatura, que con Aznar fueron de cuatro años justos, con
Felipe González ninguna duró más de tres años y medio, y con
Suárez fueron cortas, además del año y medio del paréntesis
de Calvo Sotelo.
Vistos los pros y los contras , en la calle Ferraz parecen
decididos al 9 de marzo, con lo que se habría evitado
celebrar en plena campaña el 4º aniversario de aquella
luctuosa fecha.
Y uno, puesto a pensar, tiene que hacer la pregunta ¿Por qué
ese miedo a la fecha del 11-M en plena campaña?. Que nos
responda quien lo sepa, pero parece que algo se teme de esa
fecha, cuando se trata de esquivar por exceso o por defecto
en la campaña.
Y hay otro aspecto en las fechas para poder fijar el 9-M
como el día de las elecciones y es que el día de reflexión,
el 8 de marzo, coincidirá con una jornada emblemática, el
día de la mujer, fecha en la que las mujeres pueden
manifestarse, salvo para pedir el voto hacia una determinada
opción política. Claro que en una manifestación pueden
aparecer muchas cosas, que no será al PP al que más
beneficien.
En el PSOE hay, al menos, aparente tranquilidad y esperan
algún acontecimiento que les dé más fuerza.
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