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OPINIÓN - SÁBADO, 25 DE AGOSTO DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Todos los que nos dedicamos a este oficio de escribir, sentimos verdadero pánico a la llegada del mes de agosto donde las noticia brillan por su ausencia. Las fuentes de las noticias las proporcionan los políticos con sus actuaciones o el decir cosas o frases que, en la mayoría de las ocasiones, callados estarían mucho más guapos por aquello de que en boca cerrada no entran moscas. Algunos de ellos, jaleados por esa “clac” de pelotas y lameculos que les rodean, tienen el pleno convencimiento de que son unos auténticos “castelares” a la hora de abrir su boquita de piñón, dándole patadas al diccionario de la lengua castellana. Porque, hasta hablando, cometen faltas de ortografía. Con su pan se lo coman.

Aunque a decir verdad, todos ellos esos, los “castelares” se entienden, son necesarios por la cantidad de noticias que nos aportan y, sobre todo, por las críticas que se les pueden hacer a su gran facilidad de palabras, metiendo la patita hasta el corvejón. Por el bien de todos los que escribimos, que no nos falte esta fauna de “grandes políticos” y mejores oradores.

Así que todos los periodistas deseamos que pase el mes de agosto, vuelvan sus señorías de sus merecidos descansos y, de esa forma, nos vuelvan a facilitar la labor que tenemos que desarrollar cada día. ¿Qué sería de nosotros sin sus señorías, largando por esas boquitas, todo lo que tengan que largar que, después del merecido descanso, será mucho lo que tengan que decir.

Claro que si nosotros, los junta letras, los echamos de menos ni te cuento, serrana del alma, la desesperación que debe anidar entre sus pelotas y lameculos, algunos con las esperanzas puestas de que a la vuelta de las vacaciones, les sea concedido el puesto que le habían prometido. Tiene que se duro, para todos ellos, vivir esperando le regreso de algunas de sus señorías. Incluso contando los días que faltan para verlos, de nuevo por estos lares y darle el abrazo correspondiente de bienvenida. ¡Ojo! Que no el abrazo de Vergara, que ese se lo dan los polítiquillos del tres al cuarto entre ellos. Las exclusivas, son las exclusivas. Así que no equivocarse a la hora de darle el abrazo, no sea que vayáis a peder el puestecito prometido. El que avisa no es traidor.

Los otros días escuchábamos, en la barra de un a cafetería, la siguiente conversación, que transcribimos tal cual. ¿Oye tú sabes si ha regresado ya…?. Te puedo decir, que hace par de días lo estuve saludando a la altura de la antigua Campana. Te lo he preguntado porque me dijo, que nada más llegar me llamaría para solucionarme el problema y, aún, no me ha llamado. No te preocupes, hasta mediados de septiembre no va a poder hacerte el favor. ¿Tú, crees?. Lo que te digo. Entonces me armaré de paciencia y esperaré. No te queda más remedio. Adiós, que me están esperando.

La conversación es tan real como la vida misma. No nos inventamos nada. Ahora viendo a los que mantenían la conversación y que ninguno de ellos pertenecía al GIL, mal lo iban a tener si les habían prometido algún que otro puestecito. Haber pertenecido al GIL, aunque algunos no se lo crean, es un aval de garantía para que te den un trabajo ganando una pasta gansa.
 

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