La posible ubicación de un campo de golf en la vaguada de
escorrentía del pantano del Infierno “no es muy sensato”,
según ha indicado el presidente de la asociación Septem
Nostra, José Manuel Pérez Rivera.
Una de las principales propuestas que recoge el borrador del
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ceuta y, que
alberga como primera ubicación posible las tierras
colindantes con el Complejo Rural Miguel de Luque, se
encuentra muy cercana a la Zona de Especial Protección de
Aves (ZEPA) de Calamocarro-Benzú. Este es uno de los motivos
fundamentales porque los que la asociación para la defensa
del patrimonio y el medio ambiente no apoya el proyecto. “En
esta ubicación, las instalaciones tendrían un menor impacto
ambiental pero aún así no es aconsejable”, expuso Pérez
Rivera.
Por otra parte, el mantenimiento de un campo de golf
requiere una cantidad de recursos hídricos que, “quizá, la
ciudad no pudiera hacer frente dada la escasez de agua”.
Además, la utilización de espacios libres verdes para este
tipo de insfraestructuras es algo que desde Septem Nostra no
ven con buenos ojos, ya que “es un proyecto de expansión que
podría resultar perjudicial para la zona”, aseveró el
presidente de la asociación medioambiental.
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“El único beneficio lo aportará el urbanismo”
El presidente de Septem Nostra,
José Manuel Pérez Rivera, ha indicado que la construcción de
un campo de golf en Ceuta “no es rentable, sensato y mucho
menos aconsejable”.
Bajo el punto de vista de la asociación de defensa del
patrimonio y el medio ambiente, “la única rentabilidad que
se puede obtener de este tipo de instalaciones en la ciudad
es el urbanismo que lleva parejo”.
Así, Septem Nostra reclama un organismo que “aproveche de
verdad los espacios libres y zonas verdes, y no se dedique a
la implantación de instalaciones que no reportará beneficio
alguno”.
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