Cada ceutí cuenta con 1,8 metros cuadrados por habitante de
zonas verdes, cuando la media española se sitúa en los 5
metros cuadrados. La Administración ceutí tiene sobre la
mesa estos datos porque el equipo técnico que revisa
actualmente el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) ha
subrayado la diferencia que existe entre la superficie
estándar que establece el Reglamento de Planeamiento y la
realidad en la ciudad autónoma. Este problema se arrastra
desde hace más de una década. No obstante, los sucesivos
gobiernos ceutíes sólo han materializado un 13 por ciento de
las actuaciones que recogía el Plan de Ordenación Urbana de
1992 en el apartado sobre el ‘Sistema General de Zonas
Verdes y Espacios Verdes’.
El todavía vigente PGOU recoge 23 grandes actuaciones en
diferentes puntos de la ciudad. Sólo se han ejecutado tres:
la zona de carácter lúdico en La Marina, el
acondicionamiento de las Murallas Reales y la instalación de
servicios en la playa del Chorrillo. El resto es ficción.
Desde una zona verde “de utilización fundamentalmente visual
que puede ser utilizado como ámbito ajardinado urbano e
incluso contar con algún equipamiento” en el museo y el
casinillo de la Legión y la antigua cárcel, “transformada en
elemento de dotacional”. Las zonas verdes fundamentales que
se proyectaron en la red de la Bahía Norte llegan desde el
litoral noroccidental del Hacho, las Cuevas de Valdeaguas
Bajo, donde se contempla el monumento al Alzamiento y donde
“sería preciso un tratamiento específico separativo para
vertidos, tratamiento de residuos”, pasando por un
‘aguapark’ cercano al Parque de San Amaro, donde se añadió
la necesidad de un aparcamiento y un espacio para un paseo
litoral hasta una zona de recreo y servicios en el puerto
deportivo o el paseo marítimo del Estrecho y una zona
deportiva ganada al mar en la playa de Benítez. El PGOU de
1992 propone la creación de un nuevo gran espacio verde
junto a Loma Colmenar, en Arcos Quebrados, otro desde Los
Rosales a la Almadraba, dos nuevas zonas verdes de unión en
Arroyo de Fez y Arroyo Benítez, así como la calificación de
“verde” de la Loma del Morro. Asimismo se preveían la
implantación de “pequeños espacios libres” en el Sarchal-ladera
sur del Hacho, Recinto Sur, Batería del Pintor, Parcela del
Revellín o Miramar Norte.
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