Va a tener razón , mal que me
pese, Rodríguez Zapatero, en aquella frase pronunciada en el
debate sobre el estado de la Nación, cuando le decía a
Mariano Rajoy que le salían competidores por todas partes.
Y es que, aunque Ruiz Gallardón no aspira a ser número 1, al
menos de momento. ¡¡Faltaría más!!, lo que sí hace es
demasiado ruido, aspirando a ser el “dos” por Madrid, en las
próximas elecciones generales.
No está descartado, todavía hay tiempo, de que las
elecciones se anticipen al 28 de octubre, a pesar de que el
presidente del Gobierno haya dicho, una y mil veces, que
serán en marzo.
Lo de la fecha, ahora mismo, es lo de menos, pero lo que sí
ha creado revuelo es esa idea, o ese deseo del alcalde de
Madrid de estar, también, en el Congreso de los Diputados.
Ya sería demasiado, por muy trabajador, muy inteligente y
“muy trepa” que es el muchacho.
Ruiz Gallardón habla de su oferta a acompañar a Mariano
Rajoy en las listas, y el término oferta casi nos suena a
favor, como diciendo “entre dientes” que él daría votos,
muchos votos, en Madrid.
Esto último habría que verlo, y digo que habría que verlo
porque es cierto que él ha ganado las elecciones municipales
con mayoría absoluta, y sin apuros de ningún tipo, pero,
claro, hay que analizar el contrincante que le puso el PSOE
en Madrid. Como ganó Gallardón hubiera ganado, casi,
cualquier otro. Ganó el PP, Gallardón puso su parte, pero no
tenía enfrente uno de los pesos pesados del PSOE.
Es más, un hombre que no se hizo ningún tipo de propaganda a
sí mismo, Álvarez del Manzano, ganó también varias veces las
municipales en Madrid y sacó muchos más votos que Alberto
Ruiz Gallardón.
Con estos movimientos, y para echarlos más tierra encima por
parte de los adversarios del PP, han tenido que salir a la
arena Acebes, Zaplana y Esperanza Aguirre.
Y es que, visto a lo lejos, da la impresión que el actual
alcalde de Madrid iba a hacer la travesía en el desierto él
solo, y los demás de comparsas. Inaceptable.
Acebes decía hace un par de días en Marbella, cuando se le
preguntaba sobre esa posibilidad de Ruiz Gallardón:” cada
uno que esté a su trabajo y a la labores que tiene
asignadas”. Más o menos se le estaba diciendo que se
preocupe de su alcaldía, que haga todo lo que tiene que
hacer y que deje en paz la confección de las listas
electorales, ya que para su confección hay personas y
organismos muy capacitados en el propio partido.
Por su parte Eduardo Zaplana, sobre este asunto dijo:” esto
sólo puede propiciar que cada cual empiece a dar rienda
suelta a sus aspiraciones o intereses”.
En cuanto a Esperanza Aguirre, no estaba sorprendida, en
absoluto. Aguirre y Gallardón se conocen lo suficiente y
están tan distantes que es complicado que lleguen a
entenderse o a coincidir en algo. Por eso, el “dardo
envenenado” que Esperanza Aguirre le envía es este: “ Lo
único sorprendente es que, después de que en mayo dijera que
no iba a hablar más sobre ello, vuelva a decirlo ahora”.
Además, por si no lo recordaba Gallardón, Esperanza Aguirre
remata su opinión así:” Las entidades locales tienen una
comisión del Senado, que es la cámara territorial, y allí
pueden expresarse sobre los temas nacionales que afecten a
sus ayuntamientos”.
La cuestión queda muy clara y mucho más cuando la “sombra
alargada” de Rodrigo Rato, ya en Madrid, podría ser la que
ocupara ese segundo puesto en la candidatura, con lo que las
aspiraciones de Ruiz Gallardón, para el futuro, se verían
muy mermadas.
Y ahora viene la segunda parte. Si Gallardón dice que “ el
PP tiene que presentarse a las urnas con un discurso
enérgicamente moderado, y abierto, no sólo a los
tradicionales votantes del PP”, está queriendo decir que
aquel que vaya el segundo y otros más pertenecerán a los
grupos reaccionarios, algo que ni ha caído, ni caerá nada
bien a casi nadie, salvo a los que como él coquetean más de
la cuenta con algunos medios de gran difusión.
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