Es en la situación que nos ponen
determinadas leyes o tal vez ordenanzas a quienes somos o
vivimos aquí, mientras al otro lado del Estrecho tienen todo
para ser ciudadanos normales o de primera.
Me ha costado poder asumir esto desde el día 30 de
septiembre de 1978, que es cuando, por vez primera, llegué a
Ceuta para vivir aquí, ya son muchos los años que llevo
viviendo.
Es más, cada vez que yo oía esto a cualquier ceutí, que se
quejaba con toda la razón yo, que no lo podía creer, me
ponía de mal humor pensando que se estaba utilizando algún
tipo de victimismo, que no me agradaba.
Al ir corriendo el tiempo, me he dado cuenta de que no había
tal victimismo, sino que la auténtica realidad es que
ciertas leyes dejan un poco al margen a Ceuta, o a los que
vivimos allí nos fuerzan a lo que no fuerzan a los de Los
Barrios o a los de Madrigal de las Altas Torres, por
ejemplo.
Y como para este tipo de protestas lo mejor es dar datos
claros y concretos, aquí va el último que me ha sucedido a
mí, mientras estoy de vacaciones en tierras abulenses.
El pasado día seis de este mes de agosto, lunes para más
señas, a las 12 horas y 6 minutos del mediodía, yo dejaba en
la agencia de SEUR, en Ávila, un pequeño paquete que enviaba
a Ceuta, con un regalo. Si hacía uso de SEUR era porque este
servicio de transportes rápidos tiene fama de ser bueno,
aunque caro.
Los datos de este envío son: S: 48; Exp: o5 999 94 8329. El
importe del envío 47,08 Euros.
Todo lo demás son datos personales que poco pueden interesar
a cualquiera de los lectores. Y el hecho de mandarlo a
través de SEUR se debió a que la persona que lo iba a
recibir festejaba el día 8 una fiesta y este era su regalo.
Tenía que llegar en su justo momento y no ha llegado. Debo
decir que este mismo envío, por el servicio de Correos me
hubiera costado 7 Euros, pero, en principio, la fecha de
llegada hubiera sido no antes del día 16.
Mi sorpresa fue cuando el día 8, al mediodía no había
llegado, mi cabreo cuando a las ocho de la tarde de ese día
8 tampoco había llegado, y mi indignación y reclamación fue
cuando el día 9 tampoco había llegado.
El paso primero fue ir por el servicio de SEUR para ver qué
había pasado con este envío. Allí me dicen que el SERVICIO
DE ADUANAS lo tiene retenido, porque en ese envío no figura
el DNI de la persona a la que va dirigido. ¡¡Toma castaña,
administración!!. No sé si con lógica o sin ella mi primera
apreciación fue:” Esos gilipollas siempre poniendo pegas”,
además creo que lo dije con razón y no retiro ni una letra
de esa exclamación, por cuanto los envíos a través de
Correos no necesitan tal cosa.
Como la persona que lo iba a recibir, por no ser español,
tenía pasaporte pero no DNI, doy el número del pasaporte, y
esperé dos días más. A los tres días me dicen que el
pasaporte no sirve y , por tanto, quien no tenga DNI no
puede recibir un envío, en Ceuta, desde Sevilla, Madrid o
Ávila, a través de SEUR, y sí lo puede recibir a través de
Correos.
De esta forma, tras pagar un servicio urgente, sin aparente
culpa por parte de SEUR, y por las leyes que discriminan a
los que vivimos en Ceuta, el envío que hice el 6 de agosto,
lo recibiré devuelto el día 21, pero en mi casa de
Piedrahita, en Ávila, espero que con la devolución de los
47,08 euros que me costó el envío.
Visto el caso, esto es una vergüenza. No sé hasta donde
puede llegar en estos asuntos ahora mismo la Ciudad Autónoma
de Ceuta. No sé si es cosa de otra institución como
Delegación del Gobierno, pero a uno o al otro, a aquel del
que dependa esto le digo que no hay dignidad en el organismo
competente si sigue tolerando esta discriminación con los
habitantes de Ceuta, en algo de tan poca valía como un
simple paquete, que no vale ni 100 euros y para poderlo
mandar hasta Ceuta hay que hacer todo un curso de búsqueda
de incompetencias.
Ceuta es España y ningún ceutí renuncia de ello, creo que
desde esa perspectiva, todos y cada uno de los que aquí
vivimos debemos tener la misma protección por parte de las
leyes.
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