El atentado de Mekinés se perfila,
a mi juicio, como el iceberg de “Justicia y Caridad”,
organización islamista radical fundada en Marruecos en 1.983
y que ha mantenido contactos orgánicos y fluídos en los años
noventa con el insurgente FIS argelino. Si bien y en
principio por motivos fundamentalmente pragmáticos, después
de la debacle de la “Chabiba Islamiya” el jeque Yasin (y
sobre todo el ideólogo del movimiento y su segundo de a
bordo, Mohamed Bachiri, fallecido en 1999) apostaba por un
asalto al Estado no violento, tras el suceso de Mekinés
podría esconderse una parte sumergida de la organización que
hasta ahora no ha visto la luz. Tesis por cierto que ya
abordé, en contra de doctas opiniones, avalándola con datos
de campo en otros artículos.
Tras el hostigamiento y represión por parte de las
autoridades marroquíes a lo largo del año pasado, en lógica
respuesta a las continuadas provocaciones de la “milicia
islamista” de Yasin en su busca de una “sublevación
popular”, parece según los datos de que dispongo que
“Justicia y Caridad” pudiera haber planteado una maniobra de
“repliegue táctico”, optando por la infiltración y
manipulación de las masas de emigrantes marroquíes y el
establecimiento de una “retaguardia” en algún país cercano a
Marruecos, cuyas permisivas leyes permitieran la puesta en
marcha de una “base” segura para la organización por si los
cosas pudieran llegar a ponerse feas de verdad. Esa “base”
ya existe y se llama en la jerga “Al Andalus” o si ustedes
prefieren: España. En esa dirección hay que entender la
visita a nuestro país el año pasado de Nadia Yasin y Mohamed
Abbadi, auténtico hombre fuerte de la organización y líder
nacional indiscutible desde la ciudad de Oujda.
“Justicia y Caridad” es una amenaza directa a corto plazo
para la monarquía de Mohamed VI (rechazan, en nombre del
Islam la legitimación religiosa del monarca y su papel de
“Comendador de los Creyentes”) y, a medio plazo, para España
no solo por su adhesión (aun pasiva) al planteamiento de
recuperación de “Al Andalus”. Desde España “Justicia y
Caridad” dispone de una base de hostigamiento al régimen
alauí o puede incluso, como se demostró el 3 de julio de
2006 en la manifestación ante la embajada de Marruecos en
Madrid, interferir en la política interna manipulando a los
más de un millón de marroquíes residentes (solo la mitad de
ellos con papeles en regla) en España. La alargada sombra
oscurantista de “Justicia y Caridad” (con excelentes
relaciones por cierto con el también movimiento
fundamentalista y radical del “Tabligh”) es, por sí sola, de
suficiente calado para justificar una amplia colaboración
entre las autoridades marroquíes y españolas ante un enemigo
común. En Ceuta mismo. Claro que a lo mejor no todo el mundo
puede entenderlo así. España es hoy una de las bases del
islamismo radical. La estrategia de los “milicianos” de
“Justicia y Caridad” pasa por la toma de mezquitas y
asociaciones, la compra de bienes inmuebles (casas y fincas)
y una activa “d´awa” (al igual que sus colegas del Tabligh),
propiciando la conversión de infelices españolas con un
doble propósito: el matrimonio para obtener la nacionalidad
y la procreación. De ahí la consigna: “Os conquistaremos con
el vientre de nuestras mujeres”.
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