La puesta en marcha de las tan
ansiadas por las entidades vecinales unidades de la Policía
Local de Barriadas podría concretarse, si se cumplen las
previsiones que hoy adelanta el consejero de Gobernación,
José Antonio Rodríguez, a mediados del próximo mes de
septiembre. La entrada en funcionamiento de este modelo
policial, que tiene su semejanza en los ‘bobbies’ ingleses,
debe ser recibida como una magnífica noticia para la
seguridad preventiva en nuestra ciudad, especialmente en un
área como el de las barriadas donde es más necesario que en
ninguna otra parte. Estos policías serán los encargados de
atender a los ciudadanos en primera instancia, dada su
proximidad a los mismos, basando sus intervenciones en la
prevención, anticipándose a los hechos para evitar que se
produzcan y con la vista puesta en el acercamiento entre la
Policía y el ciudadano.
La Consejería de Gobernación y los máximos responsables del
Cuerpo de la Policía Local, con su superintendente Ángel
Gómez a la cabeza, deben esforzarse para que el policía de
barriada se convierta en un símbolo de la Policía Local, que
esté estrechamente enraizada con el vecindario al que sirve,
concretándose sus funciones, en un nivel primario de
seguridad general, en la prestación de una actividad
preventiva de las conductas antisociales, en el auxilio a
los ciudadanos y en la defensa del libre ejercicio de los
derechos fundamentales y libertades públicas garantizadas
por la Constitución y las leyes. En definitiva, la labor de
estas unidades debe concretarse en ofrecer un servicio
policial asistencial y preventivo.
Además de la perfecta integración de los agentes en el
barrio, tendrá que ser otra prioridad que los agentes
proyecten una imagen de la policía más accesible al
ciudadano necesitado de ayuda o consejo. De poco servirán
las estrategias planteadas si los policías no son capaces de
reconocer los problemas y sus recursos para intentar darles
solución, lo que les convierten como verdaderos artesanos de
las habilidades sociales para atender a los ceutíes y romper
prejuicios existentes.
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