Ceuta cuenta desde el pasado miércoles 15 con un un nuevo
punto de encuentro en el que tomar algo, relajarse y
disfrutar de un momento agradable en buena compañía. Y qué
mejor compañía en verano que un delicioso y frío helado
preparado de forma artesanal.
Los responsables de la heladería Firenze han apostado fuerte
por la calidad y han abierto un local donde el protagonista
es el helado italiano, pero donde no falta la atención al
último detalle en cuanto al diseño y confort del lugar. La
heladería cuenta con una amplia terraza en la plaza Teniente
Ruiz y espacio para sentarse en su interior.
Niccoló Giambini es uno de los socios del negocio y ha
venido a Ceuta desde Florencia para perpetuar una profesión
que le viene de familia: su abuelo tenía una heladería, y su
padre también, por lo que desde pequeño andaba jugueteando
en la trastienda aprendiendo los secretos del helado
artesano.
“He querido traer a Ceuta el sabor del auténtico helado
italiano, y aquí lo hacemos con ingredientes naturales cien
por cien”, dice.
Las materias primas son agua, azúcar, leche, nata, huevos,
fruta... y nada más, “no hay colorantes ni conservantes”,
explica el heladero, que afirma que quiere a enseñar a la
gente a conocer los sabores reales de cada cosa. “Hay gente
que piensa que si el helado de limón o de plátano no es
amarillo, le falta algo, pero en realidad son casi
transparentes”.
Entre los sabores que ofrecen en la heladería hay una mezcla
de tradicionales italianos como pistacho, avellana,
chocolate y flor de latte (nata), y también tiramisú, además
de frutas: fresa, kiwi, piña... Niccoló sabe que a los
ceutíes les encanta el helado de tiramisú, porque ha tenido
gran éxito en la trattoria Firenze; otros sabores populares
son, por su puesto el chocolate, la stracciatella y la
fresa.
¿Helado de poniente o levante?
Niccoló y su compañera Manola disfrutan de la Ciudad de
Ceuta, su clima y sus costumbres, pero reconocen que los
cambios entre levante y poniente afectan incluso a los
helados. “Igual que una persona se siente afectada con el
levante al helado le pasa igual, es como si le doliera la
espalda”, explica. Por eso, cada mañana cuando comienza su
trabajo tiene que sopesar cuidadosamente la proporción de
los ingredientes, para que la textura y consistencia del
helado sean perfectas para aguantar la humedad del ambiente.
Aunque ahora estemos en verano, la época predilecta para
comer helados, Niccoló afirma que el invierno es en realidad
la mejor temporada para degustarlos. “En italia comemos
helados todo el año, y cada persona elige una heladería u
otra dependiendo de su propio gusto a la hora de comerlos,
si son más dulces, o menos...Nosotros tenemos una heladería
por cada nueve mil habitantes”, explica.
Pero la tradición heladera italiana varía dependiendo de las
zonas, e incluso la manera de elaborarlos. “En algunos
sitios se hacen helados más grasos o más dulces, pero se
suele decir que el mejor helado es el siciliano”, afirma. La
heladería Firenze lleva tan sólo unos días abierta, y el
heladero escucha a sus clientes a la hora de elaborar los
productos. De esta forma, seguirá dándole distintos toques
hasta que encuentre el gusto exacto de los ceutíes. A la
inauguración del local asistió su padre, don Luciano
Giambini, también heladero, que ha ayudado a su hijo en
pequeños retoques aquí y allá en la elaboración del helado.
Aún así, una vez preparada la mezcla todo lo hace una
máquina diseñada especialmente para ello. Las cosas han
cambiado desde que la familia Giambini removía la mezcla de
ingredientes en un gran cazo y le daba vueltas con un
cucharón... la tecnología llega a todos los rincones.
De momento, Niccoló y los suyos se muestran muy ilusionados
ante este nuevo proyecto y dicen estar “muy a gusto en
Ceuta”, donde su heladería italiana promete conseguir más de
un cliente habitual.
Estudios recientes apuntaban que un helado al día es
beneficioso para la salud, porque proporciona un situación
de placer que libera endorfinas y aplaca el estrés, además
de refrescar en un día caluroso.
Pero por si el helado no está en sus planes, la Heladería
Firenze ofrece también cafés, refrescos y dulces, dispuestos
desde la hora del desayuno hasta las doce de la noche, todo
un abanico de posibilidades en un nuevo negocio que apuesta
por Ceuta.
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