La Unión Europea lleva ya dos años intentando unificar
criterios de actuación, creando un único protocolo para las
autoridades de los diferentes países miembros, con el que
gestionar de manera eficaz el paso fronterizo de alimentos,
que en algunos casos podrían resultar perjudiciales para los
consumidores de los países desarrollados.
En Ceuta, la preocupación “ya existía desde hace mucho
tiempo”, indicaron fuentes de la Guardia Civil, “lo que es
cierto es que nuestro procedimiento de actuación actual está
regido por un plan dictado por el Gobierno, pero de tipo
particular para la ciudad de Ceuta”, explicaron.
En este sentido, los agentes que trabajan diariamente en la
frontera del Tarajal, atendiendo el paso de porteadores,
saben que los productos lácteos, frutas y verduras tienen la
entrada totalmente prohibida y que el pescado y la carne
necesitan pasar por el control del veterinario de Aduanas.
“El problema llega cuando hay que diferenciar entre el
consumo propio y la mercancía destinada a la venta, ya que
sería fácil que 20 personas introdujeran un kilo de frutas
cada una, y después esa mercancía se vendiera de forma
ilegal en las calles de la localidad”, concluyeron.
Cuando ocurre este tipo de “picaresca” es cuando la Policía
Local entra en acción. Existe una ordenanza municipal que
regula precisamente la prohibición tanto venta ambulante
como de mercancía que no haya pasado los controles
sanitarios fijados por la Unión Europea.
El superintendente de la Policía Local, Ángel Gómez, indicó
al respecto, que se realizan rondas diarias en las zonas más
conflictivas en este tipo de actividad, como son, Hadú,
avenida de Regulares o Romero de Córdoba y que se decomisa
toda la fruta y verdura que se encuentra sin factura o sin
haber pasado los controles sanitarios necesarios. “Lo que
está claro es que requisamos grandes cantidades de alimentos
destinados a la venta ilegal diariamente”, concluyó el
superintendente.
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