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OPINIÓN - JUEVES, 16 DE AGOSTO DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

¿Les hace un rebujito?
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¡Ele! ¡Y que no nos falte de ná! ¿Qué se nota que, en Málaga, estamos de feria de agosto por mis ardiles, peculiarmente festivos? Pues sí. No obstante, me pongo marchosa por mor de ustedes, para que vean que les aprecio porque, normalmente, mis aires son melancólicos, concretamente de lechuza ajada. Pero no leo más que noticias apocalípticas de ese cairel de plata fina que lleva el toro de Osborne prendido de los huevines, es decir, de Ceuta. ¿Es cierto que, los guiris, quieren expoliar sus fondos marinos y arramplar con el patrimonio arqueológico? Pues lo impidan. Pongan a los de letras de la UNED a hacer catas con los buzos y a clasificar cachos de ánfora y vestigios de civilizaciones perdidas, pestiños fosilizados de cocina atlante, after shave de Hércules y monedas de la hucha del hijo de Poseidón. Nuestros expoliados mares y océanos no pueden permitir que, modernos piratas tecnológicos a bordo de buques equipados con pijerías de la ciencia, esquilmen lo que nos dejaron nuestros ancestros y que nos pertenece, tanto como la cueva de la Santina de Covadonga, la memoria dormida de Atapuerca, con sus buscadores de dientes cariados, la Alhambra de Granada, esotéricamente construida con el sudor de mano de obra andaluza y los diseños de artísticos arquitectos muslimes que, me crean, no se dedicaron precisamente a arrimar el cemento, que eso lo hicimos nosotros o Monserrat, con su moreneta a la que parece que broncearon devotamente a lo largo de la Historia. ¿Un rebujito? ¿Qué murmuran con ese ademán de adeptos y adictos a las libaciones gratuitas? ¿Qué prefieren empapuzarse en Cartojal y eructar vinagre y ajillo del gazpacho? No les invito ni a Cartojal, ni a gazpacho, ni a rabo de toro con su moje de salsa, ustedes quieren pegarse un atracón, tan agustamente, a costa de una persona virtuosa como yo. Que, en efecto, soy virtuosa, pero no jilipollas y si ofrezco rebujito es que conozco un local en el que, el dueño me invita, a cambio de que le eche las cartas del tarot de Marsella y le haga videncia para ver si su socio le sisa de las propinas.

Rebujitos, catas arqueológicas y galleguización del Estrecho, me digan ¿Han vuelto las autoridades del Peñón a tolerar las embarcaciones y ha surgido una nueva generación de lancheros llanitos o “niños del Winston”? Sí. Como antes de aquella madrugada de un mes de agosto de 1998 cuando Caruana mandó intervenir todas las lanchas del contrabando y la desafortunada barriada de la Atunara linense, que vivía del Marlboro, se vio abocada al desastre económico. ¿Qué les cuente historietas del SVA? Otro día y a otra hora. Pero veo yo que, con el trasiego de los inmigrantes, mal llevado por cierto, el Estrecho se encuentra bastante blindado por la Benemérita. ¿Qué como se lleva el tema de las pateras?

Pues con lógica y derechos humanos. Se les tira un cabo, se lanzan a la patera las raciones de supervivencia, las mantas y la ayuda humanitaria y se las remolca a su punto de origen, sin más trámites ni complicaciones y estricto respeto a los derechos humanos y divinos. Aunque, si hay riesgo de galleguización, el problema lo tendrán las autoridades marroquíes, porque Ceuta no es la ría de Arosa, ni sus mezquinas aguas territoriales son el gran océano salpicado de buques misteriosos de banderas de conveniencia, siempre husmeados por los sabuesos de la DEA, que tienen casi tanto arte como nuestros picoletos y nuestros udyquillos. Considero que, la valla marina del Estrecho, al menos por parte española, es un prodigio de eficacia y vigilancia profesionalizada y, si los vecinos de al lado dicen rotundamente “no” a plagios de rías gallegas, de Marruecos, no sale ni una liendre porque, eficaces son y cojones tienen para dar y repartir y todavía les sobran para regalar y hacer caridades. Pero claro, comparado con los udyquillos y los picoletos, no hay color.Los nuestros son lo más. ¿Qué si me puede el chauvinismo? Por supuesto, pero, por suspicaces, les retiro la invitación del rebujito.
 

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