Hacía muchas temporadas que el
equipo merengue no hacía una precampaña como la que está
haciendo este año.
Todo un campeón de liga, aunque fuera con mil sufrimientos,
al comenzar a trabajar para la siguiente ronda, da una
imagen a tono con el campeonato que ha ganado. En este Real
Madrid está sucediendo todo lo contrario.
Nada más terminar el campeonato, y eso que se había ganado
la liga, el presidente madridista, al que le viene el cargo
muy ancho, puso “de patitas en la calle” al entrenador Fabio
Capello, y empujado por un sector de prensa que pretende
dominar y controlar al Madrid, a costa de lo que fuera, se
hizo con los servicios del técnico Bernd Schuster.
Es cierto que Schuster había hecho dos campañas muy buenas
en el Getafe, eso nadie lo discute, pero también es cierto
que el teutón nunca había tenido bajo su dirección una
plantilla tan complicada como es la del Madrid,
especialmente porque ex figuras, que ya no lo son, y que
tienen mucho peso en el vestuario, aunque llevan tres o más
años sin dar una a derechas, ahí siguen en las alineaciones
y no hay técnico que sea capaz de dejarlos en el banquillo.
Con este problema añadido no pensaba Schuster que se iba a
encontrar, además de que hay ciertos puestos en el equipo
que están mal cubiertos, y los refuerzos para esos puestos
tardan demasiado en llegar.
A lo largo del verano, hemos visto cada día “falsas
noticias” de fichajes, que no se han llevado a cabo. Más de
un periodista, de los que quieren ser ellos solos, parecen
agentes de “cambio y bolsa”, corredores de jugadores o
intoxicadores del mercado.
Con Florentino Pérez en el Madrid no hubo ningún jugador que
dijera no al Madrid, y si es cierto que compraba caro, no
menos cierto es que compró calidad, mientras que ahora
estamos volviendo a los años finales de los 90, cuando se
compraba mucho, nunca se sabía a qué precios y no se trajo
ninguna verdadera figura.
La diferencia entre Florentino Pérez y Ramón Calderón está
en que el ex presidente era un señor, su palabra servía más
incluso que su dinero, mientras que Calderón intenta serlo,
pero nadie se fía de él, de su palabra y, menos, de sus
hechos.
El título de liga, es cierto, le ha salvado de tener que
salir por la puerta de atrás, pero los despilfarros que está
haciendo, por simples medianías, van a dejar, de nuevo, al
Madrid como estaba hace ocho años, al borde de la quiebra
técnica.
Volviendo a la pretemporada, todavía no sabemos a qué quiere
jugar Schuster. Eso del juego bonito, que algunos pregonan,
me parece estupendo, pero para hacer ese juego bonito hay
que tener jugadores aptos para ello y los Soldado, Arbeloa,
Adrián, Diarrá y compañía, pueden servir para otra cosa,
pero no para hacer juego bonito y además para ganar
partidos.
En Rusia se dio una imagen de poca altura, en La Coruña,
otra vez, los gallegos se hicieron con la victoria; en
Sevilla, sin tener enfrente al mejor Sevilla, se volvió a
perder..., y ahora en la vuelta ya veremos, y lo mismo en el
Ramón de Carranza.
Hay un refrán por mi tierra que dice que “ no por mucho
madrugar amanece más temprano”, y puede ser esto lo que
tengamos con el Madrid de Bernd Schuster, pero, o mucho
cambian las cosas, o volveremos a ver un Madrid ramplón, y
sin la capacidad de reaccionar y ser capaces de ganar los
partidos.
Mala pinta tiene esto, a menos de dos semanas de
enfrentarse, en el partido primero de liga, al Atlético de
Madrid.
En los graderíos no se quería el fútbol de Capello, pero con
él se volvió a ganar la liga. Ahora, y no hemos empezado,
comienzan los murmullos sobre el juego del equipo dirigido
por el alemán Schuster, y por detrás, dejándose querer,
alguno con palabritas de santo, pero “mordiendo” por si
acaso hay quien se vuelve a acordar de él.
Si no se comienza ganando los primeros partidos, el
entrenador lo va a tener muy complicado y no porque Capello
vaya a ir socavando el terreno, sino porque los más
influyentes, con tal de salvar su cabeza harán lo permitido
y lo no permitido, cosa habitual aquí.
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