Otra vez aprovechando el silencio de la noche, adornado por
el goteo in-cesante de la lluvia, que golpea sobre las
cornisas y adoquines, ansiado golpe de agua que veo reflejar
los charcos.
Y mientras tanto consumo impara-ble, que te marea el coco.
Recuerdo que se escurre en el crono el fin de semana y otra
vez vuelta a empezar, me viene a la mente como apuraba al
máximo esos días cuando era chiquillo, como disfrutaba de
los juegos que tenía con todos los niños, lo que teníamos a
nuestro alcance.
Esperando ver a Heidi, Marco o Mazinger Z, en un solo canal
de Tv, y esta era de blanco y negro, rezando que no se fuera
el poste Jugábamos a policías y ladrones con pistolas y
nadie se quejaba, íbamos 40 detrás de una pelota en el cine
"quemao", y pringaba el peor de portero, con todo el barro
que había detrás de la portería.
Bajábamos de novillos por la tar-de, a la Playa de la Peña,
con sacos de patatas improvisados de red, a coger pececillos
despistados por las rocas y algún otro cangrejillo,
¡cualquiera baja hoy a la Peña!
Aquellos domingos en el Matinal del África, te iba aflorando
un vello por encima de los labios y ese guiño perdi-do de
alguna mirada con la chavala que te empezaba a gustar, cómo
te latía el corazón en tu niñez, ¡ahora tienes que ir al
cine parapetado por si acaso!
Aquellos saltos por los acantilados del Sarchal preparando
trampas para coger gorriones y los sábados espe-rando que te
dieran un jilguero en la cacería matutina de la Huerta
Pekín.
Los logrados desfiles de soldaditos y peleas de romanos y
vikingos en el Patio Morales con lo niños de la calle
Velarde, con las reprimendas de al-guna madre que veía que
su hijo ha-bía cobrado algún palo...
Recordaba esos momentos tan en-trañables con un amigo de la
infancia y comprendía que su hijo no podía hacer ni la
mitad, con los energúme-nos sueltos hoy día y se resignaba a
verlo devorar la consola en la TV o debanarse los sesos con
la maquinita más los cuarenta canales de Tv.
Yo que fui Bruce Lee, que imité a Kirk Douglas en Los
Vikingos, que fui Mazinger Z y peleé con Sandokan y John
Wayne, puedo sentirme orgu-lloso de haber disfrutado de mi
época tan bonita de cuando era niño, por todo eso puedo
decir que lo he vivido.
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