El pasado viernes se denunciaba el último de los robos
sufridos por una de las naves del Tarajal. El modo de operar
esta vez fue distinto pero el botín, como en otras
ocasiones, fue cuantioso. Sistemas de alarma y seguridad
privada en algunas ocasiones no son suficientes para luchar
contra los robos en un polígono que “está claramente en el
punto de mira de los delincuentes”, según manifestó el
presidente de la comunidad de propietarios, Mohamed Ahmed.
“El miedo y la incertidumbre de un robo existe cuando sabes
que se han producido ya hurtos en la instalación”, agregó.
La incertidumbre por parte de los propietarios existe, según
Ahmed, aunque de momento éstos siguen confiando en los
sistemas de alarma. “Son un sistema eficaz porque cuando
salta a los pocos minutos llega un vehículo con un empleado
de seguridad a la instalación”, explicó.
La comunidad de propietarios se planteó hace unos meses
aumentar los niveles de seguridad del polígono pero la
iniciativa quedó frenada por su elevado coste y por la
situación de crisis que vive la instalación. Ahmed: “Cuesta
mucho dinero y en la situación que estamos ahora mismo es
imposible. Las ventas han caído mucho en agosto y en julio
respecto al año anterior”.
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