La “planta de valorización” de los
residuos sólidos que generan los ceutíes de la que hoy
vuelve a hablar en este periódico la consejera de Medio
Ambiente de la Ciudad Autónoma, Yolanda Bel, como primera
opción a juicio de los informes técnicos en poder del
Gobierno autonómico para mejorar la gestión de las basuras
en Ceuta no esuna denominación más ‘amable’ para lo que
siempre se ha conocido como una incinedora sino una mezcla
de lo que tradicionalmente se ha entendido como tal y el
‘moderno’ concepto de “revalorización material”, que podría
traducirse llanamente como reciclaje. Empozoñado en un
conflicto que heredó de Ejecutivos anteriores por una
cuantía millonaria con la empresa Abengoa, los estudios que
los técnicos han hecho llegar al Gobierno de Juan Vivas más
recientemente apuestan por una vía intermedia para el
tratamiento de los residuos (un problema central en una
ciudad con las particularidades geopolítica de Ceuta):
reciclar lo que se pueda reciclar sin un coste añadido
inasumible y destruir lo que no se pueda para generar
energía gracias a esos deshechos.
A la espera de que la Consejería que dirige la portavoz del
Gobierno dé a conocer al detalle cuál es la opción por la
que se decanta finalmente para este ambicioso proyecto, la
apuntada ahora parece la más verosímil y ambientalmente
aceptable de todas las expuestas hasta la fecha. Así lo
atestiguan al menos las líneas de trabajo que otros
ejecutivos autonómicos han tomado hasta la fecha. Vizcaya,
una de las provincias más adelantadas en este aspecto,
aprobó hace ya dos años su II Plan Integral de Gestión de
Residuos Sólidos Urbanos, con vigencia hasta 2016, sobre
parámetros muy similares. Sus objetivos son “el vertido cero
de residuos primarios o crudos”; que los vertederos acogerán
sólo lo que no pueda ser aprovechado y haya sido previamente
tratado; y que la valorización material de los residuos a
través del reciclaje y el compostaje sea el destino de dos
tercios de toda la basura generada. Sólo el tercio restante,
inutilizable por ninguna de las vías anteriores, sería pasto
de la incineración para su valorización energética. Es, sin
duda, un buen camino.
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