Un año más, desde mí particular
atalaya, contemplo el magnifico espectáculo del desmotar de
la feria. Es algo digno de contemplar, comprobar como en un
suspiro desaparecen, como por encanto, todas las atracciones
que ocupaban el recinto ferial. Ya sólo nos queda esperar al
próximo año para que, de nuevo, vuelvan las atracciones, se
enciendan las luces y suene la música en las distintas
casetas, dando paso a otras fiestas patronales, en la que
esperamos y deseamos que nadie nos falte a la cita.
Según hemos escuchado, que para eso están los oídos, habrá
cambios importantes en las fiestas patronales del próximo
año. Se le fastidió al presidente y al viceconsejero de
festejos, la oportunidad de dar a conocer que habrá coches
de caballos para pasearnos por le recinto ferial. Secreto de
uno, secreto es. Secreto de dos, secreto de Dios, pero
secreto de tres ya no es secreto o sea es un secreto a
voces. Bueno, pues ya lo saben, en este asunto no habrá
sorpresa alguna ¡Ditan sean las papas con tomate, fideos
gordos y jureles fritos del día anterior!.
Tampoco habrá sorpresa alguna, en el deseo de acortar los
días de feria, pasando de los nueve actuales a seis y
haciendo la feria de día.
Hombre, las cosas como son, la idea no es mala contando con
que lo los feriantes no pongan ninguna pega para venir a
nuestra tierra, alegando el alto coste que les supone el
paso del estrecho y los escasos beneficios que les pueden
suponer el recortarles esos tres días. Todo es cuestión de
llegar a un acuerdo. Y como decía aquel: “hablando se
entienden las gentes”.¡Será por hablar!.
La verdad, hay que reconocerlo porque es de justicia
hacerlo, nueve días de feria son muchos días y, eso, no hay
cuerpo que los resistas ni, por supuesto, bolsillos que los
aguante. Oiga, amigo guarida, que con el asunto del maldito
euro, somos un sesenta y seis por ciento más pobres, que
cuando teníamos nuestra añorada peseta.
Ya me pueden decir los entendidos, que la economía va bien.
No lo pongo en duda. La pregunta qué me hago, es para quién
o quiénes va bien la economía. Me imagino que no será para
los currantes que esos, cada día, lo tienen más difícil
llegar a fin de mes, a pesar de que cada año, le suban el
coste de la vida o sea un dos por ciento más o menos. La
economía irá bien, sin duda alguna, para aquellos que no
tiene problemas para llegar a fin de mes porque, sus sueldos
no aumentan un dos por ciento, como el de los currantes,
sino un porcentaje muchísimo más alto. Oiga, amigo guardia,
así cualquiera.
No es lo mismos un dos por ciento de subida sobre
seiscientos euros, que un veinte por ciento de subida sobre
esa misma cantidad. Y digo yo, si es que se puede decir
algo, por qué no hacemos la subida al revés, un veinte por
ciento a los currantes y un dos por ciento a los que tanto
ganan y tanto nos quieren. Sería mucho más lógico e iríamos
recortando ese sesenta y seis por ciento de perdida que
tenemos desde la llegada del euro
No es lo mismo echar más horas que un reloj o trabajar de
sol a sol, que estar sentaditos y meter una llavecita para
decir sí o no. De verdad, por mí santa, hay una gran
diferencia.
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